domingo, 10 de julio de 2011

Mis queridos Black Crowes en Bilbao

En la banda sonara que puso música a mis primeros años de juventud hubo innumerable grupos y artistas pero los Black Crowes formaron parte importante de ella.

Recuerdo cuando a principio de los noventa en la biblioteca de Aragón prestaban cd’s, ya veis entonces la SGAE y cosas por el estilo no estaban de moda, en una de aquellas veces me cogí el “Shake your Money maker” primer LP de los cuervos, había escuchado por la radio la canción “Hard to handle” versión de Ottis Reding, por aquel entonces no tenía muy claro quien había sido aquel cantante de soul de Georgia (ignorancia de adolescencia). Recuerdo que la primera escucha me dejo maravillado, rock clásico en mayúsculas, aunque quizá la producción era algo oscura, casi acorde con la portada del disco. Me hice una copia en un casete TDK y disfrute de él bastante tiempo (con los años termine comprando el original). Al poco tiempo, posiblemente 4 ó 5 meses me compre su segundo LP que por entonces acababa de salir “The Southern armony and musical companion” con el termine de caer rendido a los pies de esta banda de rock. Trallazos como “Sting me” y “Remedy” y baladas como “Bad luck blue eyes goodbye” y “Thorn in my pride” todo ello con una producción más brillante y algunos coros femeninos con sabor góspel hicieron que este disco no saliera de la bandeja del reproductor de CD en mucho tiempo. Su tercer disco “Amorica”, más experimental y psicodélico, me acompaño durante el servicio militar y me hizo más amenas aquellas tediosas noches de guardia.

Steve Gorman es el motor a la sombra de esta banda
Sven Pipien estuvo perfecto al bajo
Al poco tiempo vinieron a Zaragoza y lamentablemente no pude asistir, unos temas laborales lo impidieron. Según me comentaron y pude leer en aquella noche del mes de Julio de 1995, en el tristemente desaparecido rincón de Goya, la música y el entorno se fundieron para crear un momento mágico e irrepetible (cada vez que me acuerdo me entra un poco de tristeza y rabia poe no haber podido ir).

Fui adquiriendo sus disco a medida que los sacaban al mercado, “Three snakes and one charm”, “By your side”, “Lions” y su colaboración con Jimmy Page pasaron a formar parte de mi discoteca. Luego me entere de la triste noticia de su separación, bueno ellos dijeron que era un descanso, y asi fue, tras unos disco en solitario de los hermanos Robinson, volvieron a la carga, con una gira tremenda por EE.UU. creo que estuvieron casi tres años sin parar. Cada cierto tiempo miraba su página web con la esperanza que vinieran otra vez a España, pero nada, salvo algunos conciertos sueltos en Inglaterra u Holanda apenas abandonaban suelo Americano. Entre medio sacaron los discos “Warpaint” y el sublime “Before the frost…” con su añadido descargable de internet “Until the freeze”. Hace un par de años leí la noticia que venía al Azkena Rock, ya lo tenía todo previsto para desplazarme a Vitoria pero un imprevisto de última hora me impidió ir. Cuando ya casi había desistido y pensaba que sería uno de esos grupos que jamás podría ver me entere que venía al BBK Live un festival algo heterogéneo para mi gusto, el cartel no me resultaba nada atractivo pero los cuervos tocaban allí y esta vez no me los podía perder.

Chris Robinson no paro de bilar y moverse todo el concierto
Asi que con la ilusión de un quinceañero fui a Bilbao. Lo primero que me di cuenta al llegar al recinto del festival fue la cantidad de gente que había, el cartel en general era muy del gusto Británico como viene siendo habitual en los últimos años en los eventos de este tipo que se organizan en España y gran parte del público procedía de las islas, pese a ello cuando entre los primeros que estaban sonando eran M Clan. Después actuaban “30 seconds to Mars” de los que no había ni si quiera hablar y a los pocos minutos me di cuenta el porqué, intento de rock industrial con cantante egocéntrico y claramente enfocado al público adolescente. “Patéticos” fue el comentario más suave que pude escuchar de la gente que tenía alrededor. Seguidamente le tocaba el turno a Jack Johnson del que preferí pasar para tener una ubicación privilegiada en el concierto que había ido a ver, y mereció la pena la espera ya que estuve a dos metros del escenario.

Tras la espera, en la que pude ver como se cambia un escenario, por fin casi 20 años después de que los descubriera musicalmente, los vi aparecer sobre el escenario. Chris Robinson salió sonriente lo cual era claro presagio de que nos lo íbamos a pasar muy bien. Sin mucha demora comenzaron a tocar “Jealous again” y después “Hotel illness”, vaya par de trallazos para comenzar, muchos grupos se dejaría temas de esta calidad para el final del concierto pero a ellos les sobra material para no bajar el listón.


“Good morning captain” de su último álbum “Before the frost” y “Soul singing” del “Lions” salieron como dos caramelos sonoros del escenario. Seguidamente “Wiser time” tuvo su oportunidad, en esta ya empezaron a dar muestras de que improvisando dan lo mejor de si y es en este entorno donde se sienten como peces en el agua. A estas alturas del concierto mis dudas sobre el nuevo guitarrista que acompaña a la banda desde hace 3 años se habían disipado, Marc Ford con su toque de guitarra le daba un toque mas rockero o incluso podríamos decir que macarrilla al grupo pero el virtuosismo y técnica de Luther Dickinson lo hace olvidar enseguida.

Luther Dickinson magistral a las 6 cuerdas
Chris Robinson tambien cogió la guitarra
Para la siguiente canción, una versión de Eric Clapton, “Poor Elijah – Trubute to Johnson”, Chris se enfundo una preciosa stratocaster. Luego volvieron sobre su magnífico último trabajo del que interpretaron la casi psicodélica “Been a long time”, en un momento de esta canción Mr. Robinson arrojó hacia la zona en la que me encontraba una armónica que acababa de utilizar, alargué mi brazo y la llegue a tocar pero una del sinfín de manos ansiosas de capturar el mismo trofeo que yo me la arrebato, lastima, hubiera sido como la guinda del pastel que represento para mí esa noche. A continuación llego el que para mí gusto fue el mejor momento de la actuación “Thorn in my pride” que alargaron en una especie de jam sesión en la que cada músico tuvo su momento de gloria. Cuando aun no me había repuesto de lo que acababa de ver otro temazo mítico “Hard to Handle”, hasta los que somos más reacios a movernos en los conciertos acabamos dando botes. Si apenas descanso comenzaron a sonar los acordes de “She talks to angels” que el público, entregado desde hace rato, comenzó a cantar y para terminar la demoledora “No speak no slave” con la que abandonaron el escenario. Como no podía ser de otra forma, o mejor dicho como estaba escrito en el guion, volvieron para tocar el clásico “Remedy”, pura electricidad para dar por concluido el show.


Como siempre te quedas esperando más, creo que la mayor parte del público hubiéramos estado horas escuchándolos, no en vano demostraron que son una de las mejores bandas de rock del momento (incluso de la historia me atrevería a decir). Decidí pasar de los Chemical Brothers y me volví al hotel con una agradable sensación en el cuerpo y con una sonrisa en la boca. Después de tantos años había visto a una de mis bandas favoritas y había merecido la pena.

Aunque han anunciado que se van a tomar un tiempo para sus proyectos en solitario espero que vuelvan pronto y sobre todo que lo hagan por España, seguro que intentare hacer un esfuerzo para volver a verlos.

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