martes, 19 de mayo de 2020

El último baile

Hace un rato he terminado de ver el último capítulo de “The Last Dance”, la serie documental que cuenta la temporada de 1998 de los Chicago Bulls y a la postre la última de un equipo que marco una época. Aunque la mayoría de los detalles ya los conocía no ha dejado de sorprenderme, sobre todo el ver las imágenes desde dentro, hay que recordar que hace 22 años no existía la inmediatez de internet.

El documental muestra los entresijos de aquella temporada y hace un repaso a como evoluciona el equipo desde la llagada del mítico 23 a la franquicia hasta convertirse en el equipo que dominó la NBA durante varios años. También muestra la grandeza de estos jugadores y se detiene sin pudor en su lado oscuro, sobre todo el de su máxima estrella, un Michael Jordan con una única obsesión: ganar y que no duda en humillar a sus rivales o a sus propios compañeros para logar su objetivo al que llega con un nivel de autoexigencia y automotivación que roza lo enfermizo, además tenemos su consabida adicción al juego o la nada recomendable afición, sobre todo para un deportista, de fumarse un habano antes de los partidos. También tenemos a un Pippen con alguna pataleta infantil o a un Rodman que es un alma libre que necesita evadirse entre partido y partido. Pero sobre todos ellos destaca la figura de Phil Jackson un entrenador que supo controlar todos estos egos para hacer un equipo campeón.

La verdad que en los últimos años veo menos baloncesto, pero quitando la Selección Española, no he disfrutado más viendo jugar al basket que con aquellos Bulls, para mí, el mejor equipo que ha pisado un parquet y sobre todo a Jordan, la perfección hecha jugador de baloncesto.

Quizá la nostalgia nos hace creer que cualquier tiempo pasado fue mejor, pero en este caso la afirmación es cierta y más viendo en lo que se ha convertido el baloncesto actual de la NBA. Un baloncesto en el que la palabra defensa ha desaparecido, en el que predomina el poderío físico sobre la técnica y en la que la mayoría de sus figuras solo miran sus estadísticas personales y carecen de un liderazgo y carisma hasta niveles preocupantes.

En defectiva ya seas aficionado el deporte de la canasta o simplemente aficionado al deporte en general aquí tenéis un documental más que recomendable.