miércoles, 22 de agosto de 2012

En los Alpes. Lago d’Arpy y Colle della Croce

Hoy es nuestro último día en el valle de Aosta, estos días habíamos visto y conocido bastantes lugares pero de la veintena de excursiones que tenía preparadas, por tiempo, solo habíamos podido hacer las que hasta ahora os he contado. Nos hubiera gustado ver el Cervino por su parte italiana, el valle de Valsavarenche en el Parque Nacional del Gran Paraíso, el lago de Place Moulin, acercarnos hasta el valle del Monte Rosa y alguna cosa mas, pero para despedirnos pensamos en una excursión relativamente corta y sencilla que nos recordase un poco lo que mas nos había gustado estos días.


Camino muy asequible
Nos decantamos por una circular que te lleva al lago d’Arpy y luego asciende al Colle della Croce. Salimos de Aosta y tras recorrer otra de esas carreteras típicas del Giro dejamos el coche en el Colle San Carlo. La subida hasta el lago es de apenas 92 metros de desnivel que se hacen por una cómoda pista que atraviesa un bosque. Al llegar al lago, le hicimos un par de fotos y apenas nos detuvimos para admirar su belleza (habíamos visto tantos lagos en Carros de Fuego que ya estábamos inmunizados).

Lago d'Arpy
Otra vista del lago d'Arpy
Dejamos la pista principal que te lleva al Lago de Pietra Rossa y tomamos la que salía e nuestra derecha para continuar subiendo. El camino deja de ser cómodo pero apenas entraña dificultad. Al cabo de unos cuarenta minutos llegamos al collado de la Croce, ante nosotros teníamos otra vez la visión del macizo del Monte Bianco y el Grandes Jorasses, por más que los habíamos visto estos días no dejaban de asombrarnos. Seguimos un poco hasta las ruinas de un cercano torreón, supongo por sus vistas este este lugar en el pasado sirvió de enclave militar.

Llegando al Colle dela Croce
Macizo del Mont Blanc
Mar apreciando la belleza del paisaje
Foto de moda. Saltado sobre las montañas
Almorzamos con la postal del Mont Blanc frente a nosotros mientras éramos conscientes que quizá pase mucho tiempo hasta que podamos volver a verla. Después de un rato, hacia un día realmente agradable y se estaba fenomenal alli, subimos a una pequeña colina que había en frente con una cruz en lo alto. Cercanas a esta había algunas ruinas mas. Había llegado la hora del descenso, lo hicimos por el mismo camino hasta llegar a una clara pista de bajada. En principio parecía bastante asequible, incluso vimos un ciclista subiendo, pero que al final había algún tramo estrecho y además se nos hizo algo larga. Quizá deberíamos haber subido por este lado primero y de vuelta haber parado en el Lago a descansar y a comernos el bocadillo.

¿Quien me lo iba a decir? Abrazando una cruz

Lago d'Arpy desde la altura
Quiero volver a los Alpes
Por la tarde nos acercamos a Courmayeur, una bonita ciudad a los pies del Monte Bianco ideal para el alpinista, el esquiador y el visitante con la cartera repleta.

Calle de Courmayeur
Asociasión de Guias de Croumayeur
Y hasta aquí nuestra primera visita a los Alpes, esperemos que no sea la ultima. Ahora ya sabemos lo que nos pueden ofrecer y que son demasiado extensos para conocerlos en su totalidad.

Track de la ruta

martes, 21 de agosto de 2012

En los Alpes. Refugio de Benevolo

Hoy hemos empezado algo mas tarde que los demás días, se nos han pegado un poco las sabanas, el cansancio nos esta haciendo mella. En nuestra hoja de ruta tenemos previsto visitar otro de los valles del Gran Paraíso el de Rhemes-Notre Dame. Conforme nos íbamos adentrando en él iba ganando en belleza. Y en los últimos kilómetros la silueta del Granta Perai dominaba todo el paisaje. Dejamos el coche en el aparcamiento de Thumel y empezamos a caminar por el último tramo de carretera asfaltada.

Empezamos a caminar con el Granta Perai a la vista
Mar haciendo fotos
Primer salto de agua del día
Antes de meternos en faena llenamos las botellas en una de las muchas fuentes que había en la zona. Como ha sido habitual estos días la pista esta muy marcada y estaba bastante transitada. No esperaba mucho de la excursión de hoy ya que la habíamos elegido porque estábamos cansados, era corta y parecía fácil pero la verdad que nos sorprendió mucho. Al poco de empezar el camino ya vimos la primera cascada de día. Un enorme salto de agua que caía decenas de metros bajo nuestros pies. Continuamos en dirección contraria el curso del rio para llegar a la segunda que tomaba sus aguas de algun punto indeterminado en las cumbres. Y algo más adelante la tercera, de aguas bravas y grises. La gran cantidad de cascadas hacían que la ausencia de sombra no fuese un problema.

Otra enorme cascada
Tercera cascada en el canino
Aguas grises
Continuamos por el camino que sale a la izquierda de esta para alcanzar la pista que en poco rato nos deja en el refugio de Benevolo. Nos sentamos en un banco a la sombra y mientras nos comíamos el almuerzo el cocinero del refugio, que sabía español, nos dio conversación, y mucha que tenía bastantes ganas de hablar. Entre tanto aun nos debatíamos si subir al lago Goletta que se encontraba a hora y media del refugio.

Campo de flores. Mar parece una mas
Refugio Benevolo

Desde donde estábamos veíamos perfectamente el camino y la gente que subía y bajaba, pero hacia tanto calor y estábamos tan hechos polvo que éramos inmunes al “no hay huevos”. Se dice que los ciclista siempre pasan un mal día en las grandes rondas y a nosotros nos había tocado hoy. Sabía que nos íbamos a arrepentir de no haberlo intentado. El lago debe ser bonito, se debe tener el Granta Perai en primer plano y además debe haber unas vistas fabulosas del Pointe de la Galise de 3343 metros, pero realmente estábamos sin fuerzas.

Pointe  de Galise
El camino que queda atras
Santi y el Granta Perai
Las pocas que teníamos las guardamos para regresar a Thumel. Allí, antes de volver al coche, paramos a tomar un refresco en un curioso refugio regentado por un cubano. Antes de volver al hotel a descansar visitamos el pequeño y coqueto Rhemes-Notre Dame.

Rhemes-Notre Dame

Quizá el día se nos había quedado algo corto pero aun así no había estado mal la jornada de descanso.

Track de la ruta

lunes, 20 de agosto de 2012

En los Alpes. Zermatt y el Cervino

Superadas satisfactoriamente las excursiones de los últimos días estábamos algo cansados, pero aun asi decidimos meternos entre pecho y espalda más de tres horas de coche para darnos el capricho de visitar Zermatt y sobre todo ver el Cervino por su cara suiza. Para ello no dudamos en pegarnos un madrugón del 15, nos levantamos a las cinco de la mañana, la misma hora que para ir a trabajar y eso estando de vacaciones (hay veces que pienso que no estamos bien de la cabeza je je). La verdad que el paisaje es muy ameno y no se nos hizo nada pesado el viaje. Verdes paisaje, montañas, bosques, granjas dominan en esta zona de Suiza.

Ya estamos en Suiza. Aqui hasta las vacas son distintas
Zermatt es un pueblecito al que no se puede acceder con coche, pero lo tienen todo muy bien organizado para llegar a el e ir desangrado la tarjeta de crédito poco a poco. Dejamos el vehículo en el ultra moderno aparcamiento de Täsch, de pago como no. Sin salir de allí ya tienes la estación donde tomar un tren lanzadera a Zermatt que sale casi a euro el kilometro y nada mas salir de la estación, en frente te espera la del tren cremallera que asciende a Gornergrat. En vez de hacer de domingueros totales y para ahórranos algún eurillo (pocos la verdad) dejamos el tren en Rotenboden, penúltima parada. Aunque ya lo habíamos visto durante gran parte de la subida, allí teníamos un inmejorable primer plano del Cervino (Matterhorn en Suiza).

Mar, Santi y la montaña del Toblerone
No es tan grande el Cervino
Tren Cremallera
Solo con tener enfrente esta espectacular y peculiar montaña nos hizo pensar que todo el esfuerzo que habíamos hecho hoy para llegar aquí había merecido la pena. Hicimos unas cuantas fotos y comenzamos a caminar hacia Gornergrat. Entre el madrugón, el cansancio que acumulábamos, los cerca de 3000 metros de altitud y el calor se nos hizo muy duro subir los poco más de 200 metros de desnivel que separaban las dos estaciones. Pero cuando vimos el Monte Rosa, la multitud de cimas que lo rodean y el Gornergletscher (el segundo glaciar más grande de los Alpes) se nos olvido todo el sufrimiento.

Gornergrat
Mar con el Monte Rosas (4634 m) al fondo
Monte Rosa, Liskamm y glaciar Gornergletscher
Terraza de a 10 euros el agua mineral con inmejorables vistas
Alli delante nuestro teníamos la mayor concentración de cuatromiles de los Alpes, montañas de nombre impronunciable pero de una belleza sin par. Una vez mas me volví loco haciendo fotos, quería guardar el mayor número de imágenes del lugar. Nos movimos como pudimos entre la multitud de turistas para llegar al mirador más alto. También entramos en hotel a mayor altitud de los Alpes Suizos, pero vamos que viendo los precios de su tienda de suvenires supongo que darse el capricho de dormir confortablemente rodeado de montañas nevadas no debe estar al alcance de cualquiera.

Cuatromiles por todas partes
Hotel, observatorio y Cervino
Mar con los picos Castor (4223 m), Pollux (4092 m) y Breithorn (4164 m) y los glaciares Zwillingsgletscher y Schwärzegletscher
Estacón de Gornergrat
Después de un par de horas dando vueltas y con todo visto en Gornergrat, tomamos el tren de bajada a Zermatt donde nos dimos una vuelta por sus calles y tiendas. Estuvimos un ratillo pero decidimos regresar a una hora prudencial, aun nos quedaban 3 horas de camino a Aosta. Ya en la carretera nos pillo un tormentón impresionante, si en Suiza llueve habitualmente asi no me extraña que este todo tan verde.

Saltando el Monte Rosa
Estación de Rotenboden
Una de las plazas de Zermatt

domingo, 19 de agosto de 2012

En los Alpes. Cascada de Lillaz y Lago Loie

Siguiendo con nuestra rutina vacacional nos despertamos pronto y enseguida nos echamos a la carretera. Nuestro destino de hoy será el sur del valle de Aosta. Poco a poco la carretera nos mete en un angosto cañón que nos dirigirá al valle de Cogne, uno de los cuatro que tiene el Parque Nacional del Gran Paraíso. Llegamos a Cogne, como no podía ser de otra forma, la población principal. Dejamos el coche y comenzamos a caminar. Teníamos previsto unir un par de excursiones, primero llegar a la cascada de Lillaz y después subir al Lago Loie. Como siempre en teoría asequible.

Pradera con el Gran Paraíso al fondo
Caminando por la asequible pista
Cruzamos el bonito pueblo, a nuestra derecha detrás de sus casas y al fondo de un enorme prado, divisamos el Gran Paraíso, única montaña de más de cuatro mil metros que se encuentra completamente en territorio Italiano. Al final de Cogne tomamos una pista que discurre paralela al rio. Esta perfectamente acondicionada y es apta para excursionistas, paseos familiares y deportistas, con el añadido de atravesar un fresco y frondoso bosque. Superados los casi cuatro kilómetros de pista cruzamos un puente para llegar a la localidad de Lillaz. Nos adentramos en sus calles hasta que llegamos a una especie de parque geológico. Algo más adelante nos encontramos con la famosa cascada. A estas alturas del verano no lleva demasiada agua pero sin duda en primavera debe ser realmente espectacular. Subimos por el camino que hay a su derecha para apreciarla desde otros puntos de vista.

Cascada de Lillaz

Vista desde arriba
Una vez apreciada a todos sus niveles retrocedimos un poco para tomar el camino que sube al lago Loie, a partir de este momento deja de ser un paseo familiar para convertirse en una dura excursión. El camino asciende con decisión, apenas hay lugares para el descanso, casi lo podría calificar de subida brutal. Asi de primeras no recuerdo haber hecho ninguna excursión que suba tanta pendiente en tan poco espacio, quizá algún tramo de la subida a la Basa de la Mora desde Plan pueda parecerse algo. Para que os hagáis idea hay varios tramos con escalones artificiales, menos mal que discurre casi en su totalidad por bosque por que con el calor que estaba haciendo esta semana hubiéramos llegado al lago totalmente fundidos. Aun así en el tramo final apenas hay arboles. Fueron algo más de dos horas ascensión dura. A lo que llegamos al verde lago estaba lleno de gente tomando el sol, bañándose o disfrutando a su manera de este lugar. Buscamos desesperadamente una sombra para descansar y comer algo. Con algo mas de resuello apreciamos mejor la belleza del lugar y como a lo lejos se vislumbraba la silueta de Mont Blanc.

Tronco en el camino
En el lago Loie
Las aguas verdosas del lago Loie desde la altura
Valle de Cogne y silueta del Monte Bianco a lo lejos
La bajada obviamente fue algo más fácil, en apenas 1 hora y 20 minutos estábamos en la cascada. Una vez allí vimos que había un motón de gente bañándose. Mar, que estaba bastante acalorada, no pudo resistir la tentación y se baño en una de las pozas de la cascada. Antes de volver a Lillaz encontramos otro geocache, llevábamos buena racha. En el pueblo nos tomamos unas Coca colas con hielo que nos supieron a gloria (cualquiera que haya estado en Italia sabrá lo difícil que es encontrar cubitos en ese país). Con la paliza que llevábamos hoy los cuatro kilómetros que separan Lillaz de Cogne se nos hicieron algo largos, quizá se nos volvió a ir de las manos.

Poza a los pies de la cascada
No soy una vaca pero como me gusta esta pradera
Dando agua desde 1809
Si alguna vez queréis subir al lago Loie hacedlo directamente desde Lillaz os aseguro que ya es una buena excursión. De vuelta en Cogne y antes de volver a Aosta descansamos un poco en el precioso prado que habíamos visto por la mañana mientras disfrutamos con la vista del Gran Paraíso.
En definitiva otra exitosa jornada en los Alpes.

Track de la ruta