viernes, 29 de abril de 2011

Ruta circular Jasa - Loma Cotin - Jasa

Semana Santa 2011. Capítulo 2

Viernes Santo.

El día amaneció con las calles mojadas y el cielo repleto de nubes grises, aun asi no nos resignamos a quedarnos en casa y decidimos ponernos en marcha. Pilar y Jesús se fueron con el cub de montaña a la peña Oroel, como nosotros la habíamos subido la semana anterior, elegimos hacer una pequeña ruta circular que sale de la localidad de Jasa y llega hasta la loma Cotín.

Dejamos el coche en una de las calles de Jasa y tomamos la pista que sale por detrás del pueblo, un lugareño al que preguntamos la dirección exacta por la que dirigimos ya nos advirtió que iba a llover. Y efectivamente a los 15 minutos de empezar unas finas gotas comenzaron a caer sobre nosotros, nos pusimos las capas y continuamos con la ilusión que fuese algo pasajero, ninguno de los dos teníamos la intención de volver antes de tiempo. Tras un par de kilómetros salimos de la pista por un desvío que hay a la derecha, el camino deja de ser cómodo y la ascensión por entre las rocas ya mojadas no es agradable. La lluvia arrecia pero llegamos al mirador y nos resguardamos del agua en el refugio de la Peñeta. Nos comemos un tentempié y esperamos a que la lluvia cese. Tras un rato de espera nos dimos cuenta que no iba a parar y como buenos maños decidimos continuar.

Seguimos por un agradable camino entre el bosque hasta el mirador Peña Petarnal. Las nubes no dejan ver gran cosa aunque se intuye que en un día despejado las vistan han de ser verdaderamente buenas. Continuamos hasta la Loma Cotin que dista de este punto a unos 15 minutos. Al llegar la lluvia se ha convertido en diluvio, asi que como se dice habitualmente tocamos chufa y comenzamos a descender. La ruta completa baja por el Collado Loma de Aisa pero ante la insistente lluvia decidimos bajar por la amplia pista forestal que sale desde la cima, el problema es que pronto nos dimos cuenta que debe ser una pista abandonada y tuvimos que improvisar el camino, asi que entre la incertidumbre de no saber muy bien donde nos encontrábamos, la fuerte pendiente, el agua y las abundantes zarzas que a duras penas podíamos sortear no pasamos un rato demasiado agradable que digamos. Al fin llegamos a la carretera que va de Jasa a Aisa, pocas veces me he alegrado tanto de llegar a una carretera, caminamos por ella un par de kilómetros hasta que encontramos una entrada que te lleva a la GR-15. La tomamos más que nada por quitarnos el aburrimiento del asfalto. Unos metros más adelante nos encontramos con la fuente Zamputia y al poco siguiendo por el camino llegamos a la Tejeria donde nos reguardamos en una caseta que tienen acondicionada para hacer barbacoas, la humedad ya se nos había metiendo dentro. Nos secamos y seguimos hasta el final.

Lo que seguramente es una bonita excursión en un día de buen tiempo, se convirtió en un paseo pasado por agua pero al menos hicimos 11km en vez de quedarnos en casa.

Comentar que la ruta está muy bien marcada, según nos comentaron lo hicieron el año pasado y las señales y carteles están muy visibles.


Track de la ruta

lunes, 25 de abril de 2011

Ascensión al Cucuruzuelo y al Mesola

Samana Santa 2011. Capítulo 1

Aprovechando que este año Semana Santa caía a final de Abril decidimos pasar unos días en la montaña. Estuvimos alojados en Aragüés del Puerto, en casa de Pilar y Jesús expertos montañeros y perfectos conocedores del valle que nos acogieron a las mil maravillas y nos guiaron en las excursiones que hicimos.

Como viene siendo habitual el tiempo en esta festividad no es tan bueno como desearíamos así que el primer día, Jueves Santo, que era el que los meteorólogos anunciaban como el mejor emprendimos una pequeña excursión a las cimas del Cucuruzuelo y del Mesola. Dejamos el coche en la pista forestal de la Estiba, desde este punto empezó la marcha hasta la cumbre por la misma pista, que aunque esta muy marcada empieza a dar claros síntomas de abandono ya que con frecuencia nos encontramos con pequeños arbustos y árboles en medio de la misma. Una vez superado el bosque que nos hace más agradable la ascensión llegamos a una gran explanada, al fondo de ella se divisa la marca geodésica que indica el punto exacto de la cumbre. Las vistas de los valles de Aisa y de Aragüés son magnificas.

En la cima del Cucuruzuelo
 Tras deleitarnos unos minutos con el paisaje emprendemos rumbo hacia nuestro segundo objetivo, punta Mesola. Para ello seguimos otra pista que discurre sin perder altura en su dirección. Justo cuando llegamos a la base (Cuello Mesola) tomamos un desvío a la derecha y tras un centenar de metros empieza una dura pendiente por una pedrera. Alli nos encontramos un solitario sarrio que nos observo a la defensiva un buen rato. Continuamos la ascensión no sin parar en varias ocasiones a retomar el aliento y para admirar el maravilloso paisaje. En unos pocos minutos alcanzamos la cima, desde ella se divisan en primer plano los míticos Bisaurin y Aspe, asi como el alto de Fetas o el Pico Liena d’o Bozo entre otros, eso si con un manto de nubes en sus cimas. Hay muchas veces que no es necesario ascender un 3000 para tener unas vistas privilegiadas.

Vista panorámica tomada cerca de la cumbre del Mesola
Buscamos abrigo entre unas rocas para protegernos del fuerte viento que soplaba en la cumbre y nos comimos el almuerzo. Con la pena habitual que da al abandonar tan vellos parajes emprendimos la vuelta. Al llegar al Cuello de Mesola nos dividimos, Pilar y Mar bajan por el mismo camino por el que habíamos ascendido y Jesús y yo bajamos por el barranco de Cuangas, alli vimos un rebaño de sarrios que se fue de estampida al percatarse de nuestra presencia. Descendimos por el barranco que no es otra cosa que una fuerte pendiente entre el bosque y en la que el camino es el que Jesús va inventado sobre la marcha, yo solo me limito a seguirlo.

Nos juntamos con las chicas en la fuente que hay en la pista donde dejamos el coche y regresamos a Aragüés. La primera jornada había terminado más que satisfactoriamente.


Track de la ruta

viernes, 22 de abril de 2011

Carrera Peña Oroel

La subida del fin de semana pasado con mis amigos a la Peña Oroel me ha traído a la memoria la vez que la subí corriendo.

Era el verano del 2004 y estábamos tapeando por Jaca, supongo que después de haber tenido un duro día de montaña, de repente alguien me pasa un folleto y dice “Mira esto”. Era una carrera de 11km entre la Ciudadela y la cima de la Peña Oroel. No recuerdo exactamente si era justo al día siguiente o quedaba una semana para disputarse. Como ya me había echado alguna sidra, envalentonado dije algo asi como: ”Estaría bien, si lo llego a saber antes me hubiera apuntado”. Casi antes que hubiera terminado la frase se escucharon de fondo las palabras mágicas: “A que no hay c.j..es de apuntarte al año que viene”. Me había echado un órdago, me habían arrojado el guante y yo lo tenía que recoger, no podía quedar como un gallina je je. Después de esto apunte la fecha en el calendario y me lo puse como objetivo.

Fue duro, yo habitualmente terminaba la temporada de baloncesto entre final de mayo principio de junio y como ya había sobrepasado los 30 solía bajar el ritmo los meses de verano para que mi cuerpo se recuperara. Seguir entrenando y manteniendo la forma durante 2 meses más me costó bastante, con el añadido que en esos meses hace mucho calor y encima tuve que dejarlo alguna semana porque estaba de vacaciones. Vamos, que no pude ir todo lo preparado que me hubiera gustado.

Llego el fin de semana de la prueba y el primer problema, el apartamento de Diego estaba lleno, habían ido sus padres y no cabíamos así que tuvimos que irnos al camping del valle de Tena, con lo que dormir en una tienda de campaña supone para el descaso. El día de antes hicimos una pequeña excursión hasta Yosa de Sobremonte para poner las piernas a punto.

La mañana de la carrera me levante temprano, estaba algo nervioso, desayune bien y nos fuimos para Jaca. Diego y Eva me dejaron en la Ciudadela y se fueron con el coche al parador que hay a los pies de la peña Oroel. Hice un buen calentamiento y me dirigí a la línea de salida a esperar el momento del comienzo. Cuando sonó el pistoletazo yo intente ponerme un ritmo cómodo, ya había corrido alguna carrera de 10km en llano y sabia que la gente al principio sale muy fuerte y al final termina pagándolo. En los primeros tres kilómetros iba bastante bien la pendiente es suave y me encontraba bastante fuerte, pero del kilometro 3 al 4 el camino se estrecha y en este punto me encontré con dos corredores que iban a un ritmo más flojo que el mío y no me dejaban pasar.
Perfil de la carrera
No es que me importase mucho la marca que podía hacer, mi única ilusión era llegar, pero cuando no vas a tu ritmo no vas cómodo y yo personalmente me canso bastante más. Cuando pude pasarlos era aproximadamente el km 4, justo donde el camino se ensancha y empieza la mayor pendiente de la carrera, aquí me desfonde en mi afán de dejar atrás a los dos corredores que me habían entorpecido un buen rato, no dosifique y cuando llegue al parador estaba casi exhausto. Con la respiración entre cortada a duras penas me bebí un vaso de agua en el avituallamiento, se me paso por la cabeza abandonar, me encontraba literalmente hecho polvo y todavía me quedaba la mitad. Decidí seguir un poco más para ver si me recuperaba, total estaba al lado del parador y si me fallaban las fuerzas la vuelta era corta. Me puse detrás de un corredor que llevaba un ritmo cansino pero cómodo para mi en esos momentos, poco a poco mis pulmones empezaron a poder abastecer el oxigeno que mis piernas necesitaban y me volví a encontrar en el estado que me gusta, empecé a subir a buen ritmo y con el paso de los metros iba alcanzando corredores y dejándolos atrás. Una vez terminado el bosque ya se divisa la cruz y el terreno se hace bastante más asequible, unos mil quinientos metros y al fin la menta.

Sufriendo en la carrera
Mi tiempo fue de 1:19:14, aunque llegue a más de 26 minutos del primero quede muy contento era mi primera carrera de montaña, había sufrido bastante pero al final lo había conseguido. Es una sensación inexplicable, te sientes muy bien contigo mismo y sobre todo ves como todo el esfuerzo que has realizado, no solo en la carrera sino en los entrenamientos, merece la pena. Pero sobre todo me tengo que acordar de Eva y Diego porque me apoyaron en todo momento, sin ellos seguro que no lo hubiera conseguido.

Me gustaría volver a repetir alguna carrera de este tipo pero últimamente no puedo dedicar todo el tiempo que me gustaría a entrenar.

domingo, 17 de abril de 2011

Peña Oroel con niños

Parece mentira pero hacia ya cinco años que no coincidía para hacer una excursión con Ana, Eva, Diego y Jorge, el grupo de amigos con el que comparto afición al montañismo. Juntos nos iniciamos en este bonito mundo de la montaña y con ellos en los bellos paisajes del pirineo he vivido momentos que quedaran grabados para siempre en lo más profundo de nuestra memoria. En este tiempo habíamos hecho alguna cosa por separado o coincidía con unos o con otros pero asi todos juntos como ayer, por diversas razones no había podido ser. La verdad que me ha hecho mucha ilusión y además con el añadido de que por fin Mar haya estado con todo el grupo en la montaña y eso que casi estuvo a punto de quedarse en casa por culpa de una bronquitis. Por si fuera poco lo hemos hecho con Jaime y Jorge, los niños de Eva y Diego, y con nuestro Dani al que poco a poco le estamos trasmitiendo nuestra afición por las montañas.

¡Quien nos lo hubiera dicho hace cinco años! Ir a la montaña con niños.

Foto del grupo en la cumbre
El pretexto la peña Oroel ese mítico pico prepirenaico de 1769 metros y sus no menos famosas treinta y tres curvas del muerto. Que se puede contar de esta excursión que no se sepa ya, un bonito paseo que trascurre por el bosque en gran parte del recorrido y que en su última parte, una vez superado este, divisas la cruz que marca la cima y final del recorrido. Desde este punto las vistas del pirineo son magnificas, aunque ayer por culpa de las nubes no fue el caso. Mención especial para Eva y Diego que llevaron a sus churumbeles sobre sus espaldas gran parte del camino, cuando algo te gusta de verdad no hay ningún obstáculo que se interponga en tu camino.

Tras el descenso nos dimos un homenaje gastronómico en el parador que hay a los pies de este monte. Un bonito día en estupenda compañía y que seguramente no tardara otros cinco años en repetirse.


lunes, 11 de abril de 2011

Intento al Taillon y vuelta por la faja de las flores

El verano pasado estuvimos con unos amigos una semana en Fiscal. Son de Valencia y salvo una chica los demás no habían visto nunca el Pirineo, asi que un día los llevamos al Cañón de Añisclo y otro a Bujaruelo. El día que tocaba visitar Ordesa aproveché y me fui de excursión extrema, tenía la intención de llegar hasta la cima del Taillon. Mar y Dani se fueron con ellos por la senda que yo llamo “de los domingueros” viendo las preciosas cascadas del rio Arazas.

Por la mañana temprano Mar y Daniel me dejaron en Torla donde tome el autobús que lleva a Ordesa, al cabo de media hora me dejo en la pradera. Salí del autobús como un toro bravo que sale a la plaza tras estar varios días en los toriles, yo llevaba tres días viendo montañas y no me había puesto ni las botas ni la mochila todavía. Desde la pradera tuve que retroceder como medio kilometro hasta la caseta del centro de interpretación, a su derecha empieza el camino de subida, un agradable zigzag a través del bosque. Comencé a subir al ritmo que me gusta y tras una hora aproximadamente llegas a un refugio de madera, a partir de este punto el paisaje comienza a cambiar, se ve como el bosque queda a tus pies y se empieza a divisar la roca desnuda.
Carteles indicadores para torpes como yo
 Deje el Tozal del Mallo a la izquierda y continúe la marcha por una senda en la cual, en ocasiones, tienes que hacer alguna pequeña trepada. Un poco más adelante tienes que elegir entre subir por unas clavijas (conocidas como de Carriata) o pasar por una estrecha cornisa equipada con una sirga, tomo la opción de las clavijas, me parecen algo más asequibles, además iba un pequeño grupo de excursionistas delante que me sirvieron de guía. Una vez superadas las clavijas la ascensión se suaviza un poco y al cabo de media hora llegue al valle conocido como Catuarta.
 
Vista desde el Rincón de Solarons
 En este punto tomo algo de comida y de líquido para volver a emprender la marcha con fuerzas, al poco no interpreto bien el mapa y comienzo a equivocar mi camino, me voy demasiado a la derecha en Auguas Tuartas, pierdo bastante tiempo hasta que de nuevo encuentro las marcas que me llevan en la dirección exacta. Llego a la torre de Lassuns (una montaña de piedras) y allí entablo algo de conversación con unos montañeros franceses que me indican por donde tengo que seguir.

En el Pilón de la Catuarta tambien cononocido como Torre de Lassuns
 Trascurridos 45 minutos de caminata alcanzo la plana de Narziso, allí se divisa perfectamente la brecha de Roldan. Entre que me he perdido un rato y que he calculado mal se me ha hecho algo tarde, creo que subir y bajar al Taillon desde este punto me hubiera costado unas dos horas, asi que como Mar y Dani me estaban esperando en la pradera desisto de mi intento, otro día será.

Vista de la Brecha de Roldan desde la plana de Narziso
 Volví sobre mis pasos hasta llegar otra vez a la torre de Lassuns, allí tranquilamente me como el bocadillo, mientras veo a un centenar de metros un rebaño de sarrios que están pastando y subiendo con una facilidad pasmosa por las empinadas paredes que rodean el valle.

Mientras termino mi comida aprovecho para leer el libro de rutas, dice que bajando por la faja de las flores cuesta 2 horas llegar a la pradera, tomo la decisión de ir por allí solo por el simple hecho de no volver por el mismo sitio y porque me habían comentado que las vistas son magnificas. Vuelvo por la Catuarta, cuando termina y antes de empezar a bajar hay que girar a mano izquierda para empezar el camino por la faja de las flores.
Foto típica del excursionista que esta apunto de adentrarse en la faja de las flores
 Tras andar unos metros se pasa una enorme piedra desprendida que a manera de pórtico parece que te da la bienvenida, las vistas son espectaculares y no aptas para gente con problemas de vértigo, no paro de hacer fotos y de pensar lo mucho que le hubiera gustado a Mar estar aquí. Parece increíble que la naturaleza haya esculpido a esta altura un balcón por el que se pueda caminar.

Portico de entrada

Vistas de la faja
Pradera de Ordesa desde las alturas
Tras una hora caminando y disfrutando sin parar de cada rincón que me ofrece el paisaje y a punto de finalizar el camino me encontré con un sarrio de frente, debía estar muy acostumbrado a ver pasar gente ya que ni se inmuto al verme, se quedo tan tranquilo pastando mientras, a unos escasos tres metros, le hacía fotos sin parar.

El sarrio sin miedo
Algo más adelante me encontré con otros excursionistas a los que les pregunte por donde debía bajar, ya que me estaba dando cuenta que la guía debía de estar confundida porque a simple vista todavía me quedaba un buen rato de descenso.

Vista del barranco de Millaris
Ultimas vistas antes de empezar el descenso
 Me indicaron bien y fui siguiendo los hitos, el problema es que cada excursionista va poniendo los suyo y al final ves tantos que ya no sabes cual seguir, sin querer me debí salir del camino y tuve que hacer algo que habitualmente no me gusta, bajar campo a través. Al fin llegue a mi objetivo, la cascada de Cotatuero que recoge las aguas del barranco Millaris. Me refresque un poco, el calor del mediodía se empezaba a cebar conmigo.
 
Parte de la cascada de Cotatuero
 Tras tomar este merecido respiro me dispuse a pasar las famosas clavijas de Cotatuero. La verdad que no me las esperaba asi, había visto algunas fotos y había leído como las pasaba la gente, pero su visión me impacto. Mi primer pensamiento fue darme la vuelta y volver por donde había venido, además no llevaba arnés, que impresión. Lo pensé mejor y me decidí a cruzar. Lo hice poco a poco, con tranquilidad, asegurando bien los pasos y siempre con una mano agarrando bien a la sirga.

Tras el subidón de adrenalina que supone pasar las clavijas te adentras en el bosque y bajas por lo que en otras ocasiones será un agradable camino, yo estaba ya algo cansado y con ganas de terminar la excursión y se me hizo bastante pesado y más cuando todavía quedaba una hora para estar de vuelta en la pradera de Ordesa.

Al llegar me esperaban Dani y Mar, estaban algo preocupados, no me había retrasado mucho sobre la hora que dije que bajaría, pero entre que soy un desastre con el móvil y que no había cobertura no nos pudimos llamar en todo el día.

Resumiendo, estuvo bien la excursión pero creo que se me fue un poco de las manos.

Track de la ruta

miércoles, 6 de abril de 2011

Lo siento Nacho, no pude ir.

La semana pasada actuó en Zaragoza Nacho Vegas, no pude ir a verlo, otra vez el “maldito” trabajo me volvió a impedir ver un concierto.
La música española salvo en contados casos no me agrada en exceso (igual cuento el porqué otro día) pero tengo una debilidad por este artista. Recuerdo cuando mi amigo Dani me recomendó escuchar a Nacho Vegas, era su álbum de debut “Actos inexplicables”. Desde la primera canción que da nombre al disco, un instrumental que bien podría estar en cualquier álbum de Calexico, pasando por “Seronda”, “Ángel Simón”, “Blanca” o la versión de Townes Van Zandt “Que te vaya bien, miss carrusel”, el disco es una autentica delicia.

Luego vino el doble “Cajas de música difíciles de parar” con el que Nacho dejaba claro que lo suyo no era flor de un día o mejor dicho de un disco. Contiene un buen puñado de canciones que ya forman parte de su repertorio clásico. “En el jardín de la duermevela”, “La plaza de la soleda”, “En la sed mortal”, “Stanislavsky” o “Gang bang” son muestra de ello.

Con “Desaparezca aquí” su tercer álbum, volvió a dar en el clavo. En él nos dejo nuevas joyas como “El hombre que casi conoció a Michi Panero”, “Nuevos planes idénticas estrategias” y “Ocho y medio”

Su cuarto LP “Manifiesto desastre” aunque contiene un buen puñado de temas entre ellos “Dry Martini”, “Detener el tiempo” y “Crujidos” la prensa especializada lo califica como el más flojo de su carrera, ya le gustaría a muchos hacer discos tan flojos como este. En fin que Bob Dylan y Neil Young entre otros también tienen algún LP flojo.

Entre medio de todos ellos hizo un disco con Enrique Bunbury, con Xel Pereda nos entrego el proyecto Lucas 15 y también colaboro con Cristina Ronsenvinge, además de publicar una buena colección de Ep’s, vamos que Nacho es un artista bastante prolífico.

Con su último disco hasta la fecha “La zona sucia” que se publico hace ahora un par de meses, me paso algo curioso, cuando termine de escucharlo me quede diciendo, ¿Ya está? ¡Solo esto! Y no era que los 46 minutos del disco me pareciesen cortos, era que me daba la impresión que le faltaba algo, me parecía como si Nacho hubiera hecho el disco a toda prisa y estuviera sin pulir. Pero estaba totalmente equivocado, con las posteriores escuchas he llegado a la conclusión que puede que sea el disco mas accesible de toda su carrera con canciones menos eléctricas y con letras menos rebuscadas y quizá mas optimistas. Pero detrás de todo esto se ve que el artista ha pretendido ir a la esencia de la canción y de la melodía despojándola de cualquier artificialidad. Tal vez para mi gusto le sobran esos coros de niños en algún tema pero el disco es altamente recomendable.

Bueno, no he podido leer ninguna crónica del concierto pero seguro que quien pudiera pasase el Viernes por la sala Oasis disfrutaría de una estupenda actuación, este hombre nunca defrauda.


domingo, 3 de abril de 2011

He terminado con el mejor regalo que me han hecho nunca

Una de mis ilusiones de siempre era tener un bonsái, nunca había tenido ni cuidado plantas, es mas en casa no había ninguna ya que a mi madre no le gustaban, pero la filosofía que envuelve a estos árboles es fascinante y me atrae bastante.

Hace unos años para uno de mis cumpleaños mis amigos me regalaron uno, concretamente una serissa, me duro un mes. El exceso de riego termino con ella. No era consciente de lo sensibles que son estas plantas y en mi empeño por cuidarlo termine pudriendo las raíces. Aquí es cuando me di cuenta que el bonsái no es una planta cualquiera y necesita un cuidado y un mimo especial.

Pues bien, al poco de irnos a vivir juntos, Mar que conocía la historia me regalo otro, un ficus retusa de 8 años precioso, el mejor regalo que me han hecho en mi vida. El problema es que Mar lo trajo desde donde lo compro hasta casa andando el día mas frio del invierno, y este bonsáis tropical es muy sensible a los cambios de temperatura, asi que el pobrecillo a los días tenía bastantes hojas amarillas y se estaba poniendo bastante feo, eso unido a que todavía no le tenía cogido el tino a la cantidad de agua de riego que requería estaba haciendo que el ficus enfermase, los síntomas eran claros las hojas se estaban poniendo negras por las puntas. Me informe bien de lo que tenía que hacer y la única solución era el trasplante. Asi que me arriesgue y siguiendo los pasos de un manual lo trasplante. Pasó unos días bastante pocho pero al final empezaron a brotar las hojas, no muchas por desgracia solo le habían quedado dos ramas sanas, pero al final el bonsái estaba sanando. Poco a poco le cogí el tino a la cantidad de agua que debía echarle, un vaso de agua una vez a la semana en invierno y un vaso de agua dos veces a la semana en verano. Y asi ha sobrevivido hasta ahora, no tenía la pinta del día que vino a casa pero en fin, por primera vez era capaz de cuidar una planta y que sobreviviera.

Hace un mes leyendo mas sobre sus cuidados decía que aproximadamente cada dos años hay que cambiarles la tierra, que de regarlo se va apelmazando y no deja que se oxigenen bien las raíces, pero sobre todo me decidí a hacerlo (esto todavía no lo sabe Mar sino le da algo je je) porque el sustrato estaba lleno de unos minúsculos bichitos que habían salido, supongo que del abono orgánico que había puesto, los había a cientos e incluso estaban empezando a salir de la maceta. Le cambien la tierra y aproveche para cortarle alguna ramita seca, la verdad que ese día quedo esplendido, pero con el paso de los días el ficus empezó a ponerse mustio, esta vez algo hice mal y al final mi querido árbol se ha secado. He terminado con este maravilloso regalo.

No me resisto a quedarme sin un bonsái y seguramente cuando pase el verano lo volveré a intentar, tengo que ser capaz de cuidar uno por muchos años.