lunes, 16 de septiembre de 2013

Participando en la II Marcha Senderista Lizara

Es domingo de madrugada en Aragüés del Puerto. En casa Mariana suena un despertador. Lo primero que me viene a la mente es ¿Quién en su sano juicio se levanta un domingo a las 5 de la mañana? Si, debo estar algo loco y más sabiendo lo que me espera hoy. Me visto rápidamente y subo a la cocina, allí estaba Lara terminando de desayunar, veo que no soy el único que ha perdido el juicio. Antes de terminar con mi desayuno oigo que llaman por la ventana, es Elena que ha venido a buscarme antes de la hora que habíamos concretado, otra a la que le debe faltar un tornillo. Rápidamente cojo mi mochila y salgo a la calle con la última magdalena todavía en la boca. Me meto en la furgoneta que nos llevara al refugio de Lizara a la vez que doy los buenos días a Dan, Adrián y Alex otros tres “locuelos” más. Esto debe ser una epidemia.

Listos para salir
Amanece tras los Lecherines
Al llegar a Lizara nos percatamos que el cielo está totalmente estrellado, había alguna previsión de lluvia para estas horas pero se había adelantado, menos mal, no me apetecía empezar a caminar con el chubasquero. Entramos en el refugio y vi a un montón de personas terminando de desayunar y preparándose para la marcha. Entonces es cuando me di cuenta que si tanta gente estamos un domingo de madrugada preparados para realizar una marcha de 32,5 Km. con +-2000m. de desnivel igual no estamos tan locos.
A las 6:05 de la mañana se da la salida, yo que estaba distraído ajustando el GPS salgo el ultimo pero enseguida me uní a la hilera de luces. Noto que el ritmo es muy rápido, demasiado para mi gusto, de modo que como esto no ha hecho mas que comenzar decido bajar la velocidad y guardar fuerzas para más adelante. En unos 50 minutos llegue al collado del Bozo, por detrás de los Lecherines empezaba a clarear, no me pare mucho ya que soplaba un fuerte viento y no quería quedarme frío. Enseguida alcance Punta Napazal, me tome un pequeño respiro para contemplar el Aspe bajo las luces del alba. Seguí caminando y me di cuenta que ya había gente que había llegado al Mesola ¡Vaya ritmo! Al cabo de unos minutos y superando una dura rampa lo hice yo. Ya estaba en la cima del Mesola que con sus 2168 metros es a la postre el punto más alto del recorrido.

Niebla en el Valle de Aisa
Pastando ajena a la marcha
Primer avituallamiento
Ahora tocaban unos cuantos kilómetros de descenso. Mientras bajaba hacia el collado de Mesola pude contemplar como el valle de Aisa a estas horas de la mañana todavía se encontraba cubierto por una fina capa de niebla. En este punto me junte con el grupo de Lara, seguimos llaneando un poco y antes de llegar al Cucuruzuelo el camino empezó a descender bruscamente. Aprovechamos para dejarnos caer y bajar por nuestro propio peso, enseguida llegamos al primer avituallamiento. Cogí alguna cosa (había hasta sándwich de Nocilla) y seguí por el camino de la Estiva, una entretenida senda que discurre entre tramos de bosque, campos de labranza abandonados y que pasa al lado de alguna borda.

Camino de la Estiva
Tras un buen rato llegue a la Loma Cotín de ingrato recuerdo para mí, la última vez que estuve aquí me cayó un diluvio encima. Esto continuaba descendiendo sin parar, un poco más de bosque y enseguida se llega a una pista bastante ancha que conduce al refugio Loma de Aisa. Allí se encontraba situado el segundo avituallamiento, por curiosidad pregunte cuanto tiempo hacia que habían pasado los primeros y me dijeron que unos 15 minutos. Continuo mi camino adentrándome de nuevo en el bosque, cada vez que miro al suelo veo setas, este otoño promete ser de los buenos para los micólogos. Pronto llego a punta Puyarrón, ahora tengo que caminar con precaución, el descenso es bastante pronunciado y el terreno está muy húmedo y resbaladizo. Cuando termino de descender salgo a la carretera y enseguida llego a Jasa. El camino que separa las dos localidades del valle ya me lo conozco por lo tanto llego a Aragüés sin ningún problema. El avituallamiento de Aragüés esta mejor acondicionado. Hay ensalada de pasta, sandía, torta, embutidos y unas mesas para poder comer y descansar un ratilllo.

Avituallamiento de Aragüés del Puerto
Participantes en la Marcha
Me tomo un respiro de unos 7-8 minutos que aprovecho para ponerme los pantalones cortos y vuelvo a emprender la marcha. Nada más salir del pueblo hay que subir una desagradable ladera que finalmente va a parar a una zona boscosa, aunque la mañana no ha salido excesivamente calurosa se agradece la sombra. Caminando detrás de otros marchadores alcanzo el collado de la Cueva. Ahora el camino se hace más ancho, es una pista semiabandonada que va a parar a la Basa Alta. A partir de ahora llega lo que quizá sea el tramo más duro de todo el recorrido mucho ascenso y muy largo. Menos mal que el paisaje es realmente bonito. Mientras iba ganando metros sin cesar pase varias veces una valla de espino, supongo que para evitar que pase el ganado. Llegue a un colladete justo antes del Puntal del Remondon y el camino se suavizo un poco lo que me dio un pequeño respiro. Sorteando alguna vaca que se encontraba en medio del camino llegue al avituallamiento de Cubilar Mental, tuve suerte para los primeros que pasaban había tortilla de patata y todavía me quedaba un trocito.

Puntal del Remondon con el Bisaurin al fondo
Tortilla de patata en el avituallamiento de Cubilar Mental
Peña Gabas
Aún quedaba un repecho majo hasta llegar al collado de Gabas, pero antes me recree viendo la bonita pared pétrea de Peña Gabas. Con bastante esfuerzo y algo de sobrealiento llegue al collado, ahora me tocaba pasar por la denominada senda de los contrabandista, un estrecho camino con una fuerte pendiente por el lateral. No parecía muy complicado después de todo lo que llevaba pero en toda marcha de este tipo sueles pasar un rato malo y en este tramo pase el mío, empecé a notar el cansancio y lo que no deja de ser un trecho más del camino se mi hizo realmente ingrato. Descanse unos momentos en el puesto de control y seguí para rodear el Puntal alto del Foraton, de aquí al famoso collado no hay mucha distancia. Este descenso ya lo había hecho en otras ocasiones así que literalmente me deje caer cuesta abajo siguiendo alguno de los múltiples caminos que la erosión ha marcado en la ladera. En algo más de media hora llegue al refugio de Lizara, donde estaba esperándome mi chica para darme un beso, que sin duda, fue la mejor recompensa que pude tener después del esfuerzo realizado.

Collado de Foraton
¡Meta a la vista!
Un éxito mas
Ciertamente la Marcha senderista de Lizara me gusto mucho, es un trazado duro que exige estar bien preparado físicamente pero que tiene la parte gratificante de recorrer uno de los lugares más bonitos del Parque Natural de los Valles Occidentales del Pirineo.
Mención especial se merece todo el club de montaña Lo Bisaurin por su excelente organización, sin su esfuerzo y dedicación desinteresada nada de esto sería posible.

Os espero en la tercera edición.

Track de la Marcha