jueves, 30 de marzo de 2017

The Sadies…Again

Es la tercera vez que he visto actuar al grupo de los hermanos Good y es que desde que los vi por primera vez hace tres años en “La lata de Bombillas” caí rendido ante su poderoso directo.

Primero compases del concierto
La banda perfecta
Mike Belitsky a la batería
Travis Good genial a la guitarra
Esta vez venían a presentar su reciente álbum “Northern passages” del que extrajeron varias canciones. Con un sonido espectacular y un repertorio que manejan con maestría para alternar pasajes de rock salvajes con momentos más íntimos y sutiles los de Toronto volvieron a dejar buena muestra de que sobre un escenario pocos les pueden superar en cuanto a calidad y entrega.

Dallas Good con su telecaster personalizada
Sean Dean al contrabajo
Rock bajo los focos
Travis Good cambiando la guitarra por el violín
Poco más puedo añadir salvo ver con cierta alegría que en cada vista a esta ciudad han ido creciendo en cuanto a dimensiones del recito y público asistente. Seguro que no tardaremos mucho en volver a verlos de nuevo en tierras mañas, yo si puedo volveré a asistir a su concierto.





domingo, 12 de marzo de 2017

Pico Erata

Esto de las excursiones en invierno es una lotería, si bien hace unos años subimos al Pelopin con las raquetas puestas desde la misma carretera esta vez en nuestro intento al cercano Pico Erata tuvimos que cargar con ellas un buen rato. Y es que casi a mitad de Marzo y a cotas no muy elevadas se depende mucho de cómo haya sido el invierno en cuanto a precipitaciones y temperatura.

Vista hacia Linas de Broto
Al fondo el Torunzue
Primeras manchas de nieve
Aun así este pequeño inconveniente no impidió que disfrutáramos de un magnifico día en la montaña. Seguimos el camino tradicional que se hace en verano y nos calzamos las raquetas cuando habíamos ascendido más de 200 metros de desnivel. Tampoco pesan tanto, es más el incordio de llevarlas atadas en la mochila. Ascendimos otros 200 metros por la nieve hasta llegar a la cresta que divide una vertiente de otra. Desde allí podíamos ver el Pelopin, también teníamos una estupenda vista de Ordesa, abajo el pueblo abandonado de Otal y completando la panorámica de 360º el Erata.

Vista hacia el valle de Ordesa
Ascendiendo por la nieve
Nubes y nieve
Seguimos por la cresta para afrontar el tramo más desagradable del día, bajar hasta el puerto de Otal para luego volver a recuperar todo en desnivel perdido (y es bastante). No es que sea complicado pero a nadie le gusta bajar para luego volver a subir, además el terreno, salpicado con intermitentes neveros, no estaba ni para raquetas ni para botas, una mezcla en la que no sabías muy bien como acertar.

El Pelopin
La cresta del Erata
Muy cerca de la cima
Con bastante esfuerzo alcanzamos otro collado, muy cerca del Pico Yesero. Con las raquetas puestas otra vez, ya solo nos quedaba un primer ascenso para llegar al Erata Norte (2005 m.) y otro pequeño tramo para coronar el Erata Sur (2002 m.), curiosamente pese a ser más bajo que el anterior aquí se encuentra situado el vértice geodésico. No estuvimos mucho rato allí, había comenzado a soplar un terrible y frío viento por lo que decidimos buscar abrigo en la ermita de San Benito que se encontraba bastante cerca. Allí, algo más reguardados, nos comimos el almuerzo.

Cima del Erata Sur
La pequeña ermita de San Benito de Erata
Aunque hubo alguna propuesta para bajar a Yesero al final decidimos volver por el mismo camino por el que habíamos venido. No fue una excursión de raquetas al 100% pero creo que, pese a los contratiempos, todos disfrutamos bastante.

Track de la excursión.