miércoles, 31 de mayo de 2017

El oscuro Mark Lanegan

Mark Lanegan el cantante de la voz profunda que conocimos a principio de los 90 cuando lideraba “Screaming trees”, que ha desarrollado una sólida carrera en solitario, que colaboro con “Queen of the Stone Ages”, “Mad Season”, “The Twilight Singers”, “The Soulsavers”, que formo junto a Greg Dulli “The Gutter Twins” o puso el contrapunto perfecto a la dulce voz de Isobel Campbell estuvo de nuevo en la capital maña. El que escribe todavía recuerda con especial cariño su anterior visita, hace unos doce años presentando su formidable disco “Bubblegum”, donde nos dejó una memorable actuación.




El bueno de Mark anda estos días teloneando a Guns n’ Roses y aprovechando los días de descanso de los rockeros angelinos se está marcando un extensa gira por Europa. Comenzó la actuación con “Harvest home” para seguir con “The gravedigger’s song” dos temas que dejaron claro que hoy no íbamos a disfrutar de un concierto fácil, a este ambiente musical poco luminoso también contribuía la tenue luz que iluminaba el escenario. Tampoco el sonido fue de lo mejor para lo que suele ofrecer esta sala, para mi gusto resulto algo apelotonado y poco claro pese a contar con una banda de primera línea que mostró con creces toda su solvencia con los instrumentos.




El repertorio se centró principalmente en sus cuatro últimos lp’s, con algún guiño al pasado como “Hit the city” o “One way street”, para mí los mejores momentos de la velada. Ciertamente los últimos discos de Lanegan se han tornado más electrónicos y oscuros algo que personalmente no termina de convencerme y aunque alguna de las canciones aguantan el tipo mejor que otras a la postre uno echa de menos su etapa anterior.


Una apreciación personal es que al cantante no se le notaba fino (era evidente que tenía algún problema físico y en un par de ocasiones pidió ayuda a uno de sus colaboradores) aun así aguanto la hora y media, como de costumbre agarrado a su pie de micro, demostrando su profesionalidad.
Termino el concierto con una versión de Joy Divison: “Atmosphere” y con “Methamphetamine blues” que me dejo ese sabor agridulce de ver a un gran artista que sigue arriesgado en su carrera pero que quizá no termina de acertar en los pasos hacia que la ha encaminado.

No soy muy amigo de puntuar conciertos pero esta vez solo otorgaría un 6 a la actuación.




domingo, 21 de mayo de 2017

Pico Sobarcal

En nuestra hoja de ruta para el día de hoy llevamos apuntada la cima del pico Socarcal una modesta cumbre en cuanto altura se refiere pero con unas vistas que se podrían catalogar de primera división. Partimos de la “tasca” de Linza (los que me conocen ya saben que no le tengo mucho aprecio a este refugio).

El pico del medio es nuestro objetivo
Pico Txamantxoia
No me piséis la comida
Avanzando tranquilamente
Tomamos el camino que en su primer tramo es común con el de los picos “estrella” de esta zona (La Mesa de los Tres Reyes y el Petrechema), discurrido un kilómetro aproximadamente giramos a nuestra derecha para adentrarnos en una verde pradera que servía de pasto a medio centenar de vacas. Algo más adelante el camino se fue trasformando en una subida constante aunque, quitando algún pequeño tramo, bastante llevadera. Para amenizar la marcha pudimos ver algunas juguetonas marmotas y una manada de sarrios que correteaban ágilmente entre las rocas. Conforme avanzábamos, a nuestra derecha, se iba abriendo la visión hacia el valle dándonos unas vistas aéreas de conjunto realmente bonitas.

El "pequeño" Dani observado el paisaje
Vistas aéreas
Sarrios
Pequeño pico de Ansabère
Cerca del collado tuvimos que esquivar varios neveros aunque al final fue inevitable pisar nieve. Antes de emprender el último tramo de la ascensión nos acercamos al collado de Petrechema (también conocido como Puerto de Ansó) para ver las agujar de Ansabère. Era la cuarta vez que Mar y yo intentábamos ver estas famosas y puntiagudas formaciones pétreas y por fin logramos verlas en todo su esplendor, al menos la más cercana al collado.

Ultimo tramo de ascensión
Una trepadita y estoy en la cima del Sobarcal
Descansando cerca del cielo
Buzón montañero del Sobarcal
Retrocedimos un poco y de nuevo pisando nieve comenzamos el asalto al Sobarcal, aunque llevábamos crampones en la mochila no necesitamos su uso, el blanco elemento se encontraba blando permitiéndonos asentar los pies con seguridad. En un par de giros del camino llegamos a la ante cima, ahora teníamos una asequible “trepadita” para alcanzar lo más alto que los más intrépidos afrontamos, eso sí, con precaución. La panorámica desde la cima en la totalidad de sus 360º era simplemente espectacular. Además habíamos tenido suerte y el plomizo cielo con el que habíamos empezado por la mañana se había limpiado dejando un bello día primaveral.

Mallo del Acherito
Vista atrás
Impresionantes vistas
Desde el Petrechema, al valle de Lescun, el Midi D’Ossua, Collarada, Castillo de Acher, el Chipeta o el Mallo de Acherito todo quedaba plasmado en nuestra retinas. Después de un buen rato disfrutando del paisaje empezamos el descenso.

Descendiendo
Pino seco
Frondoso hayedo
¡Qué bonito esta el Pirineo en primavera!
Para ello tomamos el camino de “La Senda de Camille” que como podéis imaginar en su primer tramo se encontraba cubierta por la nieve, en algunos puntos incluso bajamos dejándonos deslizar. Dejada atrás la nieve el camino se adentra en un árido y largo pedregal para más adelante cruzar un frondoso hayedo, la verdad que esta excursión tiene de todo y todo bonito.

Track de la excursión