domingo, 21 de mayo de 2017

Pico Sobarcal

En nuestra hoja de ruta para el día de hoy llevamos apuntada la cima del pico Socarcal una modesta cumbre en cuanto altura se refiere pero con unas vistas que se podrían catalogar de primera división. Partimos de la “tasca” de Linza (los que me conocen ya saben que no le tengo mucho aprecio a este refugio).

El pico del medio es nuestro objetivo
Pico Txamantxoia
No me piséis la comida
Avanzando tranquilamente
Tomamos el camino que en su primer tramo es común con el de los picos “estrella” de esta zona (La Mesa de los Tres Reyes y el Petrechema), discurrido un kilómetro aproximadamente giramos a nuestra derecha para adentrarnos en una verde pradera que servía de pasto a medio centenar de vacas. Algo más adelante el camino se fue trasformando en una subida constante aunque, quitando algún pequeño tramo, bastante llevadera. Para amenizar la marcha pudimos ver algunas juguetonas marmotas y una manada de sarrios que correteaban ágilmente entre las rocas. Conforme avanzábamos, a nuestra derecha, se iba abriendo la visión hacia el valle dándonos unas vistas aéreas de conjunto realmente bonitas.

El "pequeño" Dani observado el paisaje
Vistas aéreas
Sarrios
Pequeño pico de Ansabère
Cerca del collado tuvimos que esquivar varios neveros aunque al final fue inevitable pisar nieve. Antes de emprender el último tramo de la ascensión nos acercamos al collado de Petrechema (también conocido como Puerto de Ansó) para ver las agujar de Ansabère. Era la cuarta vez que Mar y yo intentábamos ver estas famosas y puntiagudas formaciones pétreas y por fin logramos verlas en todo su esplendor, al menos la más cercana al collado.

Ultimo tramo de ascensión
Una trepadita y estoy en la cima del Sobarcal
Descansando cerca del cielo
Buzón montañero del Sobarcal
Retrocedimos un poco y de nuevo pisando nieve comenzamos el asalto al Sobarcal, aunque llevábamos crampones en la mochila no necesitamos su uso, el blanco elemento se encontraba blando permitiéndonos asentar los pies con seguridad. En un par de giros del camino llegamos a la ante cima, ahora teníamos una asequible “trepadita” para alcanzar lo más alto que los más intrépidos afrontamos, eso sí, con precaución. La panorámica desde la cima en la totalidad de sus 360º era simplemente espectacular. Además habíamos tenido suerte y el plomizo cielo con el que habíamos empezado por la mañana se había limpiado dejando un bello día primaveral.

Mallo del Acherito
Vista atrás
Impresionantes vistas
Desde el Petrechema, al valle de Lescun, el Midi D’Ossua, Collarada, Castillo de Acher, el Chipeta o el Mallo de Acherito todo quedaba plasmado en nuestra retinas. Después de un buen rato disfrutando del paisaje empezamos el descenso.

Descendiendo
Pino seco
Frondoso hayedo
¡Qué bonito esta el Pirineo en primavera!
Para ello tomamos el camino de “La Senda de Camille” que como podéis imaginar en su primer tramo se encontraba cubierta por la nieve, en algunos puntos incluso bajamos dejándonos deslizar. Dejada atrás la nieve el camino se adentra en un árido y largo pedregal para más adelante cruzar un frondoso hayedo, la verdad que esta excursión tiene de todo y todo bonito.

Track de la excursión

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