sábado, 18 de agosto de 2012

En los Alpes. Paso de San Bernardo

Llevábamos tres días centrados en el macizo del Mont Blanc y ya tocaba conocer otra zona del valle de Aosta, por eso nos decidimos por una excursión al paso del Gran San Bernardo, quizá no tenia la espectacularidad de la de los días anteriores pero es un recorrido cargado de historia. El paso fue desde tiempo de los romanos una importante vía de comunicación a través de los Alpes. Sobre el año 1000 se construyo un hospicio con intención de atender al viajero. En la edad media el paso fue utilizado por la vía de peregrinación Francígena que unía Inglaterra y el norte de Europa con el Vaticano. Incluso Napoleón lo cruzo en el año 1800. Y además los canónigos que vivían en el hospicio criaban la famosa raza de perros del mismo nombre.

Saint-Rhemy
Algo de información antes de salir (tambien en Castellano)
Para llegar al paso nos acercamos a la localidad de Saint-Rhemy desde donde sale el camino que nos llevara al puerto. La subida es constante desde el primer momento. Nos confundimos un poco nada mas comenzar ya que hay dos caminos, uno que te lleva por el Plan de Reye y otro, el directo, que es que queríamos nosotros. Fuimos ganando altura mientras dejábamos la carretera y la entrada al túnel del Gran San Bernardo a nuestra izquierda. La verdad que a lo largo del recorrido hay poca sombra pero como nosotros somos madrugadores el frescor de la mañana es nuestro aliado. Enfrente, siempre visible, la Aiguille de Leisasse con sus algo mas se 3000 metros y en sus faldas el zigzag de la carretera.

A la izquierda el Aiguille de Leisasse
Mont Fourchon

Carretera de Giro
Después de mucho rato caminando llegamos a unas casas que se encuentran a ambos lados de la carretera. En el ultimo par de kilómetros de camino pasamos varias veces el asfalto en el que conviven en perfecta armonía coches, excursionistas, bravos ciclista y moteros que disfrutan de sus maquinas en la multitud de curvas que ofrece este puerto. Al llegar a nuestro objetivo, como no podía ser de otra manera, estaba todo repleto de vehículos y de gente que habían ido a pasar la jornada matutina a este curioso lugar. Vimos el pedestal con la estatua del santo y el lago que refleja en sus aguas la bonita silueta del Mont Velan. Rodeándolo nos acercamos hasta el hospicio. Allí nos llamo la atención unos carteles con fotos antiguas y sobre todo unas de unos curas quitando nieve con picos y palas, parece que en estos países el clero trabaja.

El lago, el Hospicio y el Mont Velan
Estatua de San Bernardo
Ganaras el pan con el sudor de tu frete
Continuamos algo más para dejar atrás las edificaciones y ya en suelo suizo encontramos un geocache. Volvimos con la intención de ver el famoso criadero de perros San Bernardo pero al final decidimos no entrar, nos pareció bastante caro. Decidimos emplear mejor el dinero y compramos un par de tabletas de chocolate suizo del que enseguida dimos buena cuenta.


Mont Velan
Geocache en la frontera Italo-Suiza

Al medio día regresamos a Saint-Rhemy, como ya he dicho en este recorrido la sombra brilla por su ausencia así que tuvimos que bajar a pleno sol con el consiguiente achicharramiento. Nosotros que pensábamos encontrar algo más de fresco en los Alpes y nos dimos de lleno con la ola de calor que asolo Europa este verano. La verdad que esta excursión resulto curiosa pero ahora seguramente no la haría, puede que fuese la que menos nos gusto de nuestra visita a los Alpes. Solo la recomendaría para subir con el coche en un día de tiempo inestable. Por la tarde, de regreso a Aosta, nos desviamos un poco para ver el centro de visitantes del típico queso de Fontina. No todo va a ser excursiones. No había visita guiada a la hora que llegamos pero estando la tienda abierta tampoco nos importo mucho.

Queso de Fontina
Track de la ruta

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