lunes, 30 de mayo de 2011

Definitivamente Neil Young se quedo en mi corazón

Parece mentira pero hoy hace 2 años de aquel concierto, dos años desde que vi a Neil Young. Habitualmente siempre me ocurre lo mismo, cuando esperas algo con muchas ansias da la impresión que no llega nunca pero después el tiempo vuelve a correr a su ritmo normal. ¿Sería esto lo que quería explicar Einstein con su teoría de la relatividad?

En la mañana del sábado 30 de Mayo del 2009 Mar, Minerva, Dani y yo nos desplazamos a Barcelona para asistir al festival Primavera Sound, Jaime que tenía que hacer unas cosas por la ciudad condal nos estaba esperando allí.

Por la tarde nos dirigimos al parque del fórum que es donde se celebra este evento, tras entrar al recinto y hacernos acopio de tickets para bebida lo primero que hicimos fue ir al escenario principal donde estaban actuando los Jayhawks. A los de Mineapolis ya los había visto en Zaragoza hace unos años y aquel día me dejaron algo frio, no terminaron de convencerme, pese que sus discos me encantan, en mi opinión no estuvieron demasiado finos, pero en el “primavera” me gustaron bastante más quizá porque el ambiente festivalero te hace más receptivo y los artistas, supongo, que intentando sobresalir del resto dan lo mejor de si.

Tres guitarristas. De dcha. a izq. Jaime, Gary Louris (Jayhawks) y yo. El bueno, el famoso y el malo
Luego mientras nos tomamos el bocadillo de la cena vimos la actuación de Herman Dune, también me hubiera gustado ver un poco a Deerhunter pero lamentablemente coincidía en el tiempo con el maestro Young, es lo malo de los festivales.

Poco antes de la hora prevista fuimos a coger sitio, nos ubicamos bastante cerca del escenario pero algo ladeados para mi gusto. Y llego el momento, justo en ese espacio de tiempo que en fotografía se llama la hora azul, sobre el escenario apareció la banda y entre ellos, como uno más, Neil Young. El técnico le paso la guitarra, la coloco sobre sus hombros y comenzó a interpretar “Masion on the Hill”, y entonces la música psicodélica lleno el aire, tras esta, que es una de las que más me gusta del “Ragged glory”, sonó “Hey Hey My My”. En este momento creo que fue cuando definitivamente me di cuenta que este concierto seria especial, ese magnífico y machacón riff de guitara metiéndose en mi cabeza y ese acorde de Fa golpeando el pecho creo que no pudo dejar indiferente a nadie, el sonido era claro y contundente a la vez. A esta le siguió “¿Are There Any More Real Cowboys?” y a continuación “Everybody Knows This Is Nowhere”. Luego acometió el clásico “Pocahontas” y “Spirit Road” de uno de sus últimos trabajos “Chrome Dreams II” para continuar con las míticas “Cortez the Killer” y “Cinnamon Girl”. Tras estas se sentó al órgano en “Mother Earth” y seguidamente nos ofreció un set acústico con “The Needle And The Damage Done”, “Unknown Legend”, “Heart Of Gold” y “Old Man”. Alguna de estas las interpreto sin el acompañamiento de su banda, es increíble como una persona sola encima de un escenario con una guitarra y una armónica puede derrochar tanta energía y trasmitirla a tanta gente. Acto seguido volvió a enfundarse la eléctrica para tocar “Down by the river”, “Get behind the Wheel” y para terminar el himno “Rockin’ in the free world” que dejo a todos en medio de un orgasmo colectivo mientras se retiraba del escenario. Todos pedíamos mas, no se podía acabarse todavía, entonces Young salió otra vez armado con su guitarra para acordarse de los Beatles y su “A day in the life” que concluyo con una enfurecida rotura de cuerdas. Mientras todavía sonaban los acoples en los amplificadores se despidió del público y alguien le coloco una bufanda del F.C. Barcelona, no en vano habían ganado su tercera Copa de Europa esa semana (el sábado pasado ganaron la cuarta). Sin duda fue la hora y media más corta de mi vida, otra vez Einstein y su maldita relatividad, disfrute como un enano, quizá solo eche de menos que tocara “Like a Hurricane” y ya puestos a pedir que hubieran estado los Crazy Horse y eso que la banda que llevaba era francamente buena y estuvo impecable. Muchas veces nos preguntamos porque hay artistas o grupos que llegan y permanecen en lo más alto y siguen siendo aclamados por muchos años que pasen, o simplemente nos preguntamos como el artista se convierte en mito y cuando los ves actuar te das cuenta de la verdadera razón, es algo que no se puede expresar con palabras pero te das cuenta que juegan en una liga superior a los que solo unos pocos elegidos tienen acceso.


A la conclusión del concierto de Neil Young nos dimos una vuelta por el festival y estuvimos viendo un ratillo a los Liar hasta que a Jaime se le cruzaron los cables, es demasiado clásico para este tipo de música.

Para rematar tan memorable jornada volvimos al escenario principal para ver mis queridos Sonic Youth que presentaba “The eternal” su último disco hasta la fecha y aunque muchas veces es difícil actuar cuando te han dejado el listón tan alto la verdad es que lo hicieron de una manera sobresaliente. Una vez más desplegaron su colección de ritmos asfixiantes, su buen manejo de la distorsión e incluso del ruido y su saber crear atmosferas sonoras. Para ello Lee Renaldo y Thurston Moore utilizaron un sinfín de guitarras, supongo que cada una de ellas afinada de una forma incomprensible para el ser humano normal (a poco grupos he visto salir a guitarra por canción). El show se centro sobre todo en su último trabajo aunque echaron la vista atrás y recataron clásicos como “Tom Violence” y “Expressaway to your skull” de la época del “Evol” y “Hey Joni” y “The Sprawl” de su aclamado “Daydream Nation”. Estos también pertenecen a la liga en la que juega Neil Young.

Ya no son tan jovenes pero siguen manejando el sonido como nadie
Cuando terminaron abandonamos el recinto, las carpas dance las dejamos para los mas jovenzanos, creo que todos nos fuimos con un agradable sabor de boca y con la sensación de haber vivido algo grande. Seguramente cuando dentro de unos años haga un recuento de todos los artistas, grupos y conciertos que he ido este día, sin duda, estará entre los mejores no solo por la calidad musical si no porque lo viví en la mejor de las compañías posibles.

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