Para no meterle mucha caña al chico, de los múltiples itinerarios que hay para llegar a este ibón escogimos el más sencillo, el que sale desde el aparcamiento del bosque de Sansanet. Para ello hay que adentrarse unos kilómetros en territorio Francés cruzando el paso de Somport. Del parking sale una pista y tras pasar un puente sobre un pequeño riachuelo el camino nos adentro en un hayedo bosque. Quien haya caminado por un bosque con este tipo de arboles sabrá lo agradable que es, los rayos de sol se suelen filtrar entre las hojas y las ramas de las hayas creando una ambiente etéreo, casi mágico.
Paseando por el hayedo de Sansanet |
En apenas 20 minutos dejamos atrás el cobijo de los arboles ya que la pista a partir de este punto discurre ascendiendo a través de verdes prados. A lo lejos la vista del Aspe y su “colega” el Pico Liena d’a Garganta emergiendo detrás de un barranco nos acompañara un buen rato.
Al fondo el Aspe cubierto por alguna nube |
Algo antes de llegar la senda por la hemos transitado sin problemas se va desvirtuando producto de la fuerte erosión aunque es imposible perderte hay que tener cuidado donde pones el pie para evitar posibles torceduras. Al final en poco menos de dos horas llegamos al Ibón. Mar ya había estado pero para Dani y para mí era la primera vez, todavía no había tenido ocasión de verlo y ciertamente es espectacular ya sea por sus grandes dimensiones o por las hermosas montañas que sobre una de sus orillas se alzan, entre las que destacan la Punta Alta d’ Portaza con sus 2430m. y la Cúpula de Secus de 2421m.
Vista del ibón y la Punta Alta d'a Portaza |
El trio de excursionistas |
Track de la ruta
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