jueves, 19 de mayo de 2011

Al estilo dominguero. El ibón de Estanes

En nuestro empeño por que Dani vaya apreciando los encantos de la naturaleza y poco a poco vaya cogiendo afición a la montaña y a los bellos rincones que en esta se pueden encontrar, pensamos en hacer una agradable, fácil y corta excursión al Ibón de Estanes. Pero últimamente cada vez que intentamos ir al Pirineo parece que una nube gris se pone encima de nosotros y comienza a llover. Al final descartamos el sábado, que era el día previsto para hacer la excursión, ya que anunciaban agua a pozales (como se dice aquí en Aragón) y cuando teníamos pensado dejarlo para dentro de un par de semanas ya que las previsiones para el Domingo eran algo inciertas, Mar que entre las muchas de sus virtudes no se encuentra la paciencia pensó que deberíamos intentarlo. Asi, con algunas dudas, a primeras horas de la mañana dominical emprendimos rumbo al norte.

Para no meterle mucha caña al chico, de los múltiples itinerarios que hay para llegar a este ibón escogimos el más sencillo, el que sale desde el aparcamiento del bosque de Sansanet. Para ello hay que adentrarse unos kilómetros en territorio Francés cruzando el paso de Somport. Del parking sale una pista y tras pasar un puente sobre un pequeño riachuelo el camino nos adentro en un hayedo bosque. Quien haya caminado por un bosque con este tipo de arboles sabrá lo agradable que es, los rayos de sol se suelen filtrar entre las hojas y las ramas de las hayas creando una ambiente etéreo, casi mágico.

Paseando por el hayedo de Sansanet

En apenas 20 minutos dejamos atrás el cobijo de los arboles ya que la pista a partir de este punto discurre ascendiendo a través de verdes prados. A lo lejos la vista del Aspe y su “colega” el Pico Liena d’a Garganta emergiendo detrás de un barranco nos acompañara un buen rato.

Al fondo el Aspe cubierto por alguna nube
Como es habitual, cuando haces algo de este tipo con niños, la mayor parte de la ascensión fue amenizada por una bonita banda sonora. Cosa como “¿Aún queda mucho?” o “Me canso” se oían con voz lastimosa por encima del alegre piar de los pajarillos, pero trascurridos un par de minutos el dueño de estas palabras subía corriendo y saltando como si nada.

Algo antes de llegar la senda por la hemos transitado sin problemas se va desvirtuando producto de la fuerte erosión aunque es imposible perderte hay que tener cuidado donde pones el pie para evitar posibles torceduras. Al final en poco menos de dos horas llegamos al Ibón. Mar ya había estado pero para Dani y para mí era la primera vez, todavía no había tenido ocasión de verlo y ciertamente es espectacular ya sea por sus grandes dimensiones o por las hermosas montañas que sobre una de sus orillas se alzan, entre las que destacan la Punta Alta d’ Portaza con sus 2430m. y la Cúpula de Secus de 2421m.

Vista del ibón y la Punta Alta d'a Portaza

El trio de excursionistas
Al final hemos tenido suerte con el día, aunque hubo alguna nube alta no amenazo lluvia en ningún momento. Lo pasamos bastante bien y disfrutamos de otro bonito día en la naturaleza.


Track de la ruta

No hay comentarios:

Publicar un comentario