viernes, 19 de julio de 2013

Pic Céciré

Como ya comente Bagnères-de-Luchon ofrece al visitante múltiples atractivos, otro de ellos es que en invierno casi desde la misma calle principal se puede subir a la estación de esquí de Superbagnères por medio de una telecabina. Pues bien, en verano este telecabina no cierra y lo puede aprovechar todo el mundo para dar un paseo por los verdes prados y recrearse con unas excelentes vistas.

Telecabinas
Hotel de montaña
Silueta pirenaica
Nosotros utilizamos este medio de transporte para llegar al punto de partida de la excursión que teníamos prevista hoy. Lo primero que pudimos ver al dejar la telecabina fue un pequeño pico solitario que había justo en frente, el Pic Céciré, lugar al que pensábamos subir. Lo siguiente que nos llamó la atención fue un enorme y lujoso hotel en el que seguramente podrán descansar cómodamente los amantes de los deportes de nieve. Acto seguido nuestra vista se fue a la silueta de los Pirineos que se alzaban sobre una enorme y verde pradera, y aunque había alguna nube pudimos distinguir entre otros el Aneto ¡Que gozada de paisaje! me hubiera quedado allí toda la mañana. Pero habíamos venido a caminar asi que emprendimos la marcha desde el final del aparcamiento de las pistas. Pasamos un par de remontes y empezamos a seguir las marcas de la GR-10.

El solitario Pic Céciré
Valle de Lys
Tramo final a la cumbre
No teníamos muy claro por donde se subía al pico, desde enfrente parecía bastante complicado pero pronto nos dimos cuenta que a la cima se accede por la parte trasera a la que se llega siguiendo el camino que va rodeándolo por el lado izquierdo. Mientras caminábamos vimos una pareja de orientales cazando mariposas, curiosa afición, que les llevo a caminar varios kilómetros, a la vuelta todavía seguían con el cazamariposas en la mano. El camino muy trillado y definido transcurre sobre la enorme ladera que forma el valle de Lys, en algunos tramos esta algo expuesto pero no entraña apenas peligro. Llegamos al collado y aquí dejamos la GR-10 que sigue hasta el lago Oô para emprender la ascensión final a la cumbre. En este tramo nos pasó uno de esos montañeros de los que tengo sana envidia, uno de esos que sube las montañas corriendo. Las rampas finales no son excesivamente duras, por lo tanto, en poco más de media hora desde al collado estábamos en la cumbre.

Alli abajo queda la estación de esquí
En la cima del Céciré
Las cumbres a las que el libro dio nombre
La cima estaba algo embarrada, supongo que hasta hace poco el suelo habrá estado cubierto por la nieve. Alli coincidimos con un amable chico francés que saco un libro con información de la zona y nos fue mostrando los nombres de las cimas cercanas. Aun no habíamos empezado a descender y el atleta de antes volvía a llegar a la cima, había bajado hasta el collado y había vuelto a subir ¡qué bárbaro! Nosotros descendimos tranquilamente y nos quedamos en el collado.

El collado tranquilo
Las laderas estaban repletas de plantas como estas
Había bastante gente almorzando, así que como el día estaba bastante agradable no nos lo pensamos dos veces y sacamos los bocadillos de las mochilas, nos sentamos sobre la hierba y disfrutamos un buen rato del paisaje antes de regresar a la estación de esquí.

Track de la ruta

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