jueves, 25 de julio de 2013

Circular a la Garganta de Ecuaín

Desde hace mucho tiempo llevaba en mente recorrer esta famosa garganta, pero todavía no se había dado la ocasión. Aprovechando que estábamos en Bielsa y que desde allí está relativamente cerca no me lo pensé dos veces y hacia allí fuimos. Como dije ayer, no pensábamos haber regresado tan pronto a España por lo que no llevaba nada preparado, habitualmente me suelo documentar un poco sobre las excursiones que vamos a realizar, por lo que tuvimos que ir a la oficina de información del parque en Escuaín para que nos orientasen un poco.

Escuaín
Transitando sin dificultad
Fin de la primera parte del camino
El acceso para llegar a este pueblo abandonado es realmente malo, desde Escalona hay casi 20 Km de estrecha, sinuosa e interminable carretera. No sé cómo estará la carretera a Revilla (lo pongo con v aunque en varios mapas y carteles lo he visto también con b) pero sin verla recomiendo empezar la excursión desde allí. Como contrapunto la chica de la oficina de información nos explicó detalladamente el recorrido a seguir. Comenzamos a caminar por una pista que sale a unos 100 metros antes de llegar al pueblo, es muy amplia y está en perfectas condiciones para su tránsito. Durante unos cuatro kilómetros no tuvo más historia que unas vacas que nos salieron en el camino. Llegamos a una explanada en la que había más vacas pastando y en una ladera había unos cuantos quebrantahuesos levantando el vuelo. Fue una gozada ver volar a esta ave amenazada y sobre todo comprobar que había varias parejas que pueden asegurar el futuro de la especie.

El vuelo del quebrantahuesos
Puente de los Mallos
Estrecho camino en el bosque
Castillo Mayor
Seguimos caminando para pasar un pequeño barranco, nos adentramos en un bosquecillo y alcanzamos el Puente de los Mallos, si se tiene vértigo recomiendo no mirar hacia abajo, se escucha el sonido del río pero apenas se ve el fondo. Seguimos la marcha por un estrecho camino que se adentra en un frondoso bosque. Estos senderos invitan a dejar volar la imaginación y a sentir que detrás de algún árbol puede aparecer un hada o que nos encontremos de frente con un caballero a lomos de su corcel. Caminando tranquilamente y sin poder ver la otra orilla por la gran cantidad de vegetación llegamos a un lugar en el que había una pequeña trepada, ya nos había advertido la chica de información que siguiéramos sin miedo que había mucha gente que creía que se había confundido de camino y se daba la vuelta. Nos costó bastante llegar arriba hay mucho desnivel en poco trozo y además el terreno está bastante erosionado, pero al final alcanzamos otro camino (estudiare a donde dirige porque puede ser interesante para otra excursión).

Salimos del bosque
Para entrar en el barranco de Angonés
Puente sobre el barranco
Refrescante visión
Poco a poco la vegetación fue desapareciendo dejando ver algo más de paisaje. Llegamos al magnifico barranco de Angonés, lo cruzamos por otro puente y seguimos el camino pegados a unas enormes paredes rocosas. Algo más adelante encontramos unos carteles que nos indicaban que debíamos cambiar de sentido para bajar a los miradores. En un cuarto de hora estábamos en uno de ellos. Las vistas como no podía ser de otra forma eran espectaculares: La Garganta de Escuaín al completo, la surgencia de la Yaga, el circo de la Sarra, el barranco de Angonés, mucha vegetación y un azul y claro cielo. Nos detuvimos bastante rato, sin duda este es uno de los miradores que a partir de ahora considero imprescindibles y que recomendare en más de una ocasión.

Dirección miradores
Garganta de Escuaín
Barranco de Angonés
Totalmente recomendable
Por un corto corredor nos pasamos a otro mirador que se encuentra cercano, las vistas son muy similares pero desde este se puede ver el pueblo de Escuaín al otro lado del barranco. Volvimos al camino, ahora tomando la dirección hacia Revilla, pasamos por las ruinas de la ermita de San Lorenzo. Algo más adelante llegamos a la carretera pero en vez de subir al pueblo hay que bajar por ella un par de kilómetros que se nos hicieron bastante tediosos y sobre todo agobiantes debido al calor. Encontramos el desvío para bajar al barranco de Bucherbata, que resultó muy entretenido aunque ya empezábamos a notar el cansancio.

Escuaín a los pies del Castillo Mayor
En las ruinas de la Ermita de San Lorenzo
Río Yaga
Bajando, bajando al final nos encontramos a orillas del río Yaga, lo cruzamos por donde pudimos ya que llevaba bastante corriente. En la otra ribera aprovechamos para descansar un poco y refrescarnos. Lástima no haber llevado bañador ya que había una buena poza allí. Algo más frescos, empezamos a subir lo que era el último tramo de la excursión. Desde un claro del bosque, vimos cómo había gente haciendo barranquismo.

Barranquismo en el río Yaga
Ultima subida
Nosotros seguimos a lo nuestro y tras una media hora de moderada ascensión llegamos a la carretera. De este punto a Escuaín apenas había medio kilómetro que recorrimos sin dificultad para completar la interesante excursión circular de hoy.

Track de la ruta

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