martes, 23 de julio de 2013

Lac Orédon, Les Laquettes, Lac D’Aubert, Lac D’Aumar y la gran tormenta

Hace 3 ó 4 años cruzamos la frontera para visitar la reserva natural del Néouville sin otras pretensiones que pasar la mañana y que Daniel se divirtiera tirando piedras al Lago Orédon. Me pareció un lugar encantador y desde entonces tenía en mente recorrer los alrededores. Ya que nos encontrábamos relativamente cerca no deje escapar la ocasión.

Lac Orédon
Comenzamos a caminar
Montaña y bosque
Una de las cascadas
A primera hora de la mañana ya estábamos a orillas del Lago Orédon dispuestos a emprender la marcha, empezamos a caminar por la derecha del pantano para enseguida ascender por un camino que se encuentra empedrado para evitar la erosión, algo bastante típico de esta vertiente pirenaica. Al poco tiempo llegamos a un barranco que albergaba varios tramos de cascada, esta primera parte de la excursión estaba resultando tan entretenida que no se le podía pedir más. Seguimos caminando entre el bosque para llegar a Les Laquettes un encantador laguito en el que sus aguas remansadas y las luces de la mañana impregnaban el lugar de paz. Desde aquí ya se podía ver la magnífica silueta puntiaguda del Ramougn de 3011 metros.

La casa de David
Silueta del Ramoung
Les Laquettes, remanso de paz
Otra vista de Les Laquettes
Estuvimos un ratillo allí todavía no estábamos cansados pero en la orilla del lago se estaba fenomenal. Este laguito y los siguientes están unidos unos a otros y el camino discurre por su orilla, así que caminando algo más de un kilómetro y subiendo una pequeña pendiente llegamos al Lac D’Aubert. Desde su presa admiramos el precioso paisaje donde sin duda destacaba a la izquierda la figura del Néouvielle alzándose sobre el embalse. Tras unas cuantas fotos y un poco de almuerzo continuamos el camino, en cinco minutos llegamos a un parking para autobuses. Si se desea se puede subir hasta este punto en un autobús que sale desde el lago Orédon, esta opción es recomendable para los poco andarines ya que este es un lugar ideal para disfrutar en familia.

Panorámica del Lac D’Aubert
Descansando en la presa
Infinidad de excursiones
Nosotros continuamos el camino hacia el siguiente lago el Lac D’Aumar que dista a unos 10 minutos del aparcamiento. Desde su orilla aún se tienen mejores vistas del Néouvielle y Ramougn, nos estaba encantado la excursión. Y ahora viene la parte más increíble. Como habíamos salido de la zona boscosa y el sol empezaba a calentar de lo lindo decidimos aplicarnos protección solar. Al cabo de cinco minutos apareció una nube gris detrás del Néouvielle y transcurridos cinco más estábamos acelerando el paso porque se había preparado una tormenta monumental. Veíamos caer los rayos a poca distancia, mientras corríamos y sacábamos las capas empecé a buscar algún lugar donde refugiarnos y milagrosamente entre unas enormes rocas vi un vivac. Sin dudarlo nos metimos rápidamente momentos antes de que empezara a llover torrencialmente. Habíamos tenido una suerte enorme, nunca había visto prepararse una tormenta tan rápido. Habían anunciado tormentas para la tarde pero obviamente se habían adelantado. Permanecimos cobijados más de una hora hasta que ceso el aguacero.

Señalando al Néouville
A orillas del Lac D'Aumar
¡Qué feo se esta poniendo!
En el vivac milagroso
Estábamos justo en medio de la excursión circular que habíamos planeado asi que daba lo mismo seguir que volver por el mismo camino por lo tanto decidimos continuar hacia delante. Con el terreno empapado y embarrado volvimos a emprender la marcha. Había un pequeño descenso y enseguida nos metimos de nuevo en otra zona boscosa a media ladera con excelentes vistas al Lac Orédon. Poco a poco las nubes fueron desapareciendo y cuando llegamos al Col D’Estoudou ya no quedaba rastro de ellas y volvía a hacer un día radiante, a cualquiera que le hubieras dicho que hace apenas una hora estaba cayendo agua sin cesar no se lo hubiera creído.

Por fin ceso la tormenta
Bonita vista del Lago Orédon
Nos quedamos un rato en el collado antes de bajar por un camino bastante estrecho. Caminábamos con cuidado ya que el terreno todavía estaba bastante húmedo y las raíces que sobresalían de suelo estaban resbaladizas. En cuarenta minutos llegamos a la carretera y en cinco más al hotel-refugio del lago donde pusimos fin a la excursión de hoy.

En el Col D’Estoudou
Como había cambiado el tiempo
Había sido preciosa además de altamente recomendable y por si fuera poco habíamos tenido un toque de emoción.

Track de la ruta

No hay comentarios:

Publicar un comentario