domingo, 12 de junio de 2011

Ibones de Arriel (o casi)

Abrimos la ventana de la habitación del hotel y ¡Oh, maravilla! ¡Que día mas esplendido! Ya podía haber salido asi ayer. Como las previsiones meteorólogas eran bastante malas casi habíamos desistido de lanzarnos a la montaña. Durante el desayuno decidimos que hacer. A Mar le apetecía hacer algo suave pero a mí el cuerpo me pedía marcha (para suave ya habíamos estado en Gavarnie), asi que poco a poco la convencí para subir a los Ibones de Arriel.

Nos dirigimos al embalse de la Sarra, de allí sale el camino que durante los primeros kilómetros es común para subir al ibón de Respumoso. Me parecía increíble con el mal tiempo que hizo ayer y lo radiante que estaba todo hoy, además el Pirineo en esta época de año está en su máximo apogeo, verde por todas las partes, flores alli donde mires, nieve en las cimas y sobre alguna ladera, barrancos que bajan llenos de agua del deshielo para alimentar al rio Aguas Limpias. La verdad que desde que voy a la montaña con Mar he aprendido a apreciar mucho más estas cosas y me fijo en cada pequeño detalle del paisaje, antes era ponerme la mochila, fijar un punto en el mapa y a toda pastilla hasta el objetivo.

El día habia salido radiante
El Pirineo en su maximo esplendor
Apaciblemente, sin apenas darnos cuenta, llegamos al desvío hacia los ibones, una placa en la roca lo indica claramente. Lo que hasta el momento había sido una asequible subida se torno en una dura ascensión, en un principio tuvimos que trepar por unas rocas, no muy difíciles pero hay que ayudarse de las manos para poder ascender. Tras esto el camino se suaviza un poco. Llegamos al barranco de Arriel siguiendo los hitos pero de repente ya no vimos mas, estuvimos unos minutos buscando hasta que vimos que el camino continuaba por el otro lado, es preferible perder un poco de tiempo que meter la pata y perderse. Cruzando el riachuelo, la cosa pintaba chunga, había una fuerte pendiente con rocas sueltas. Con calma comenzamos a subir, el desnivel que se gana en poco rato es elevado y no es cuestión llegar con la lengua fuera. Me recordaba mucho a la pendiente que tuvimos que superar el año pasado para ascender Peña Forca, lo que pasa es que en la de hoy la piedra es más grande y no das un paso y te vas para abajo dos. Superado el predrizal la senda se vuelve más llevadera hasta llegar a la parte alta del barranco, allí hay un pequeño embalse para regular el caudal del primer ibón, cruzamos por la presa y seguimos ascendiendo por la senda que hay a la derecha, todo está muy bien marcado y si se presta atención es difícil perderse.

El precioso Ibón Bajo de Arriel
En cinco minutos llegamos al ibón bajo, es pequeñito pero precioso. Sugerí seguir pero Mar dijo que ya valía por hoy, yo estaba convencido que había más ibones, pero me había dejado el mapa en el coche, lo había estado mirando durante el desayuno y se me había olvidado volver a meterlo en la mochila. Como vi que Mar estaba algo cansada y que unas nubes con muy mala pinta venían de los valles adyacentes no insistí y nos bajamos por el camino que lleva a Respumoso y que sale de alli mismo.

Vista del embalse de Respumoso
En unos minutos tras girar por la ladera ya se ve el inmenso embalse, su presa y los picos Gran Faxa, Pico Llena Cantal o el Pico dera Forqueta entre otros. Seguimos por el camino, que discurre sin apenas perder altitud, disfrutando de las vistas que te da ir por lo alto del valle, solo en el ultimo kilometro se desciende para llegar a la presa. Alli contemplamos el paisaje durante un rato y emprendimos el regreso por la pista principal, eso si a toda velocidad que las nubes que habíamos vistos antes ya habían empezado a descargar en las montañas de enfrente. Cuando llevábamos completado la mitad de nuestro retorno la lluvia hizo acto de presencia, eso si de manera suave, incluso resultaba agradable, pero otro día que no nos libramos del agua, este año le estamos dando buen rendimiento a las capas.


Track de la vuelta

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