El caso es que hay artistas que encuentran su estilo y se mantienen fieles a él durante toda su carrera y hay otros que están en constante evolución como es el caso de PJ, el no querer repetirse o hacer siempre lo mismo, el buscar nuevas formulas, el hacer lo que les apetece en cada momento sin dejar arrastrarse por la modas marcan el discurso de su carrera.
Hubiera sido muy fácil (o quizá bastante difícil) el hacer discos como “Rid of me” o “Stories from the city, stories fom the sea” para mi gusto los mejores de su carrera y dos joyas del rock y contentar al público, dar a las masas carnaza para que se mantengan contentos. Pero quizá ese es el problema, que he idealizado en esos dos disco lo que esta artista es, o me gustaría que fuese, y me olvido que cada disco de PJ es diferente al anterior, el experimento de “To bring you my love”, la tensa calma con “Is this desire?”, la rabia de “Uh huh her” o el desnudo musical de “White chalk”
He tenido la oportunidad de ver a PJ Harvey en un par de ocasiones en directo. La primera vez en el festival Primaverasound con una banda acompañándola y la segunda en otro festival aunque esta vez solo se acompañaba de su guitarra y piano, y fue aquí cuando me di cuenta de la verdadera dimensión de esta artista, de la energía que tiene y trasmite, de la soltura con que se desenvuelve, de lo claras que tiene las ideas y sobre todo de la calidad de su música
Aquí tenéis un ejemplo, una de sus canciones más emblemáticas, su voz, su guitarra, tres acordes de 5ª y mucho saber estar sobre un escenario.
Por cierto, para los frikis la guitarra que lleva es una Gretsch Broadkaster 7609, parece ser que esta descatalogada y es bastante difícil de encontrar, si a alguien le sobra una y me la quiere regalar por mi encantado.
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