domingo, 5 de febrero de 2017

Cass McCombs en la sala Las Armas

Con “Mangy Love” bajo el brazo, uno de los mejores discos del 2016 según la prensa especializada, se presentó Cass McCombs en la sala Las Armas.





Sabía que la de ayer iba a ser una actuación con pocas concesiones para la galería, sobria, de esas en las que hay que apreciar cada detalle, saborear cada matiz que desde el escenario saliese. Y así fue, tuvimos una velada de las que se pueden calificar como íntima, a lo que también contribuyo la poca luz que el técnico de iluminación lanzo sobre el escenario (tal como está el precio del kilovatio no es de extrañar).





La ejecución del californiano y su banda fue impecable, mención especial para el hombre de los teclados que con su añejo Rhodes creaba la atmósfera idónea que envolvía a cada canción. Pero salvo el tramo final del show, para mi gusto, fue un concierto muy lineal. Ciertamente salí algo contrariado, había visto a un artista imaginativo y con una propuesta diferente de lo que viene siendo habitual pero, personalmente creo que le faltó algo de chispa.

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