sábado, 27 de agosto de 2016

Pico Otal o Arañonera

Quizá unas agendas algo apretadas y las prisas hizo que esta vez no preparásemos tan bien nuestra cita anual pero los dos pusimos de nuestra parte para no perdernos la tradicional excursión que Diego y yo realizamos todos los años.

Piedra indicadora al comienzo de la ascensión
Subida interminable
El sol aparece tras la montaña
Entrada a la sima Grallera del Turbón
La montaña elegida para la ocasión fue el Pico Otal que aunque pese a sus 2709 metros pueda parecer una montaña modesta los más de 1500 metros de desnivel a superar hacen que se encuentre entre las de primera división. Además desde que hace tres años subimos a la Peña Tendeñera la llevaba metida en la mente, desde la cima pude ver como el Otal ocultaba las vistas hacia Ordesa y pensé que desde su cumbre tendría un primer plano magnifico del Parque Nacional.

Seguimos ascendiendo
Otra sima. Los Gabietos al fondo
En el collado de Otal con nuestro objetivo al fondo
Ya casi se ve todo Ordesa
Como siempre empezamos a caminar temprano, Mar nos dejó en el camping de Bujaruelo, y allí junto a la pista comienza la ascensión. Enseguida nos metimos en el bosque, no recuerdo ningún recorrido donde el camino suba tan rápido y sin una sucesión de “eses”, aquí podríamos decir que era una línea recta. Después de un buen rato subiendo dejamos atrás el bosque. Seguimos ascendiendo por una herbosa pradera de fuerte inclinación. A mitad de esta vimos como varios grupos de montañeros dejaban el camino para dirigirse a la izquierda. Uno de estos grupos nos comentó que se dirigían a la entrada de una sima para hacer espeleología.

Tras el cresterío se encuentra el Vignemale
El ultimo tramo de ascensión
Cientos de Edelweiss cerca de la cima
El cielo es nuestro limite
Como más o menos nos venía de paso dejamos el camino para acercarnos a ver la entrada de la Sima Grallera del Turbón. Ciertamente resulto curioso ver el enorme agujero sin fondo del que salía un aire helador. En vez de volver al camino principal continuamos por el lateral, teníamos que llegar al Collado de Otal que no tenía perdida. Dejamos atrás el verde de la hierba para pisar el gris de las rocas, pasamos otro par de simas y finalmente llegamos al collado. Aprovechamos para descansar y tomar un tentempié ya veíamos la cima y el lugar por donde más tarde teníamos pensado bajar. Continuamos hacia la izquierda para meternos otra vez entre un mar de pequeñas piedras. Al cabo de un rato llegamos al último tramo de ascensión, el más complicado.

Puff!! vaya "subidita"
En la cima del Otal
Al fondo la Peña Tendeñera
La imagen soñada. La pared lisa a la derecha
Nos metimos en una de las canales pero en una bifurcación erróneamente nos fuimos por la de la derecha. Había que subir utilizando las manos, no era muy complicado pero había que progresar con cuidado. Al final de la canal pasamos como pudimos a “buena”, seguimos trepando hacia la izquierda para después de un par de zigzags llegar a la cumbre. Aunque el día no estaba claro del todo, al fin pude ver el primer plano de Ordesa con el que tanto había soñado. También vimos a nuestra amiga la peña Tendeñera , el Vignemale y la curiosa pared lisa. Ahora nos tocaba bajar, subir no había resultado precisamente sencillo por lo que afrontamos el descenso con bastante precaución. Había leído que era recomendable llevar casco y la verdad que casi diría que es imprescindible, subiendo apenas desprendimos piedras pero bajando era inevitable tirar alguna.

Valle de Otal
Otra panorámica de Ordesa
Posando para mis fans
Mi tradicional foto anual con los pies a remojo en el río Ara esta vez compartida con Mar
Poco a poco dejamos atrás la zona más técnica para volver a terreno más estable por el que caminar resultaba mucho más sencillo. Tras un rato llegamos de nuevo al collado de Otal, volvimos a mirar y la verdad que no se veía ningún camino por donde bajar al valle, tampoco daba sensación de peligro por ningún sitio pero como ya habíamos tenido nuestra ración de aventura en la bajada de la cresta decidimos regresar por donde habíamos venido no sin antes subir al cercano y accesible Pico Royo para ver el valle de Otal desde la altura.

Aunque no pudimos hacer la excursión circular que llevábamos pensado no estuvo nada mal la jornada, además siempre es agradable compartir al menos un día de montaña con los amigos de toda la vida.

Track de la excursión

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