La niebla del Gorbea

De regreso a casa aun nos quedaban ganas de hacer algo de montaña, por suerte la península Ibérica está plagada de cumbres apetecibles y el Gorbea es una de las míticas. Paramos en Vitoria donde Garbiñe y Kepa nos acogieron de maravilla.

Comienza el camino

Antigua Cantera de Murua...

... reconvertida en zona recreativa

De las varias vías de ascensión que hay hasta la cumbre Kepa y Leire (dos guías de lujo) nos llevaron por la el camino de Egillolarra (creo que se escribe así), ellos piensan que es una de las más bonitas. Y no les faltaba razón ya que durante gran parte del recorrido atraviesa un encantador bosque de hayas. La ascensión comienza pasado el embalse de Zubialde, dejamos el coche cerca de la antigua cantera de Murua ahora convertida en merendero y zona recreativa.

El camino discurre entre un hayedo

Arboles centenarios

Amenaza mal tiempo

El hada buena del bosque

No tuvimos mucha suerte con el tiempo, unas feas nubes amenazaban lluvia desde el inicio. Después de disfrutar un buen rato por el bosque llegamos a un refugio en construcción fue el momento de darnos el primer respiro. A partir de aquí la vegetación daría un cambio, los grandes árboles dejan paso a los pequeños matorrales, desde donde nos encontrábamos ya deberíamos ver la cima pero unas nubes bajas se estaban adueñando del paisaje, solo vimos unos cercanos rebaño de caballos y ovejas que pastaban tranquilamente ajenos a las inclemencias meteorológicas.

Refugio en construcción

Nuestro gran guia

Florecillas a los lados del camino

Los habitantes del Gorbea...

... y sus vecinos

Poco a poco nos adentramos en una cortina de niebla continuamos siguiendo a Leire y Kepa que se saben el camino de memoria, se podría decir que casi a tentón llegamos a la gran cruz que indica que estamos en la cima del Gorbea. ¡Jo! que lastima de mal tiempo, no se veía nada y además hacia bastante frío, no sabría calcular pero la temperatura no superaría los 5 grados.

Creo que hemos llegado

Virgen de Begoña

"Bonita" foto de cima

Regresamos con un sabor agridulce, habíamos estado en la cima del Gorbea pero no habíamos visto nada y no pudimos disfrutar de sus vistas. Seguramente tendremos que regresar.

Track de la excursión