domingo, 20 de mayo de 2018

Una guitarra y la voz de M. Ward

No recuerdo el momento exacto, pero fue con su gran trío de discos (Transfiguration of Vicent, Transistor Radio y Post-War) cuando a mediados de la década pasada descubrí a M. Ward, desde entonces le puse la estrella de “artista a seguir”. Anoche, gracias una vez más a la programación de la sala “Las Armas”, (no sabemos la suerte que tenemos en Zaragoza con esta sala de conciertos) pude asistir a la actuación del artista Norteamericano.



Lo hizo en formato "Low Cost" o lo que es lo mismo en solitario, personalmente hubiera preferido verlo acompañado de una banda, pero cuando al escenario sale alguien con tanto talento, tanta personalidad y con tantas buenas canciones con el señor Ward el formato con el que se presente es lo de menos. Enseguida se nos metió en el bolsillo, estuvo muy cercano e hizo un “show” muy ameno donde repaso los mejores temas de su discografía. Quizá este equivocado pero me dio la impresión que estaba algo tocado de la garganta algo que deduje por el extraño brebaje que bebía entre canción y canción.



Tras una hora de actuación, y como es costumbre en este tipo de eventos, se marchó para inmediatamente salir y ofrecernos unos bises. Nos adelantó que tocaría solo dos temas más pero al final nos regaló 4 para despedirse al más puro estilo Julio Iglesias dejándonos a los allí asistentes con la sensación de haber visto un tipo que está en un momento dulce de su carrera y que sin mucho esfuerzo es capaz de marcarse un concierto de una calidad que muchos solo alcanzan a soñar.

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