sábado, 17 de mayo de 2014

De Acumuer a Larrosa

Para terminar de acostumbrar de nuevo las piernas a la montaña hacemos otra corta excursión por un valle poco frecuentado y al que no nos habíamos acercado nunca, el de Acumuer. La excusión más atractiva en este pequeño valle, que discurre paralelo al de Tena, es la del Ibón Bucuesa, pero todavía hay acumulada bastante nieve en altura y los neveros en esta época del año pueden ser algo traicioneros, por lo tanto nos decantamos por hacer una visita al pueblo abandonado de Larrosa.

Río Aurín y Acumuer en lo alto
Marcas de la GR-15
La Collarada a la izquierda y la cara sur de la Sierra de la Partacua a la derecha
Valle de la Garcipollera
Partimos del mismo Acumuer, una vez atravesadas sus calles bajamos por un camino siguiendo las marcas de la GR-15 que nos llevaran hasta el lecho del río Aurín. Buscamos un lugar por donde atravesarlo pero hay bastante agua y no nos queda otro remedio que descalzarnos para pasarlo. Con los pies limpios, frescos y ya con las botas puestas emprendemos una fuerte subida que nos va metiendo entre el bosque, no hay apenas descanso por lo que ganamos bastante altura en poco rato. El camino da algo de descanso cuando salimos a una amplia pista por la que caminaremos unos kilómetros. Como curiosidad decir que esta pista pertenece a transpirenaica en BTT. Mientras avanzamos tenemos unas estupendas vistas de la Collarada y de la cara sur de la Sierra de la Partacua. Al cabo de un rato abandonamos la pista tomando un camino algo peor que desciende de manera suave, en una de las curvas salimos a una especie de balcón desde el que se puede apreciar el valle de la Garcipollera. Algo más abajo, indicada por un mojón, sale una pequeña senda que tomaremos.

Pequeño riachuelo
Ana contemplado el viejo caserón
Rinas de Acumuer
Entrada a la iglesia
De nuevo nos adentramos en el bosque. El sendero desciende sin cesar, al cabo de unos 20 minutos llegamos a la orilla de un riachuelo que cruzamos sin dificultad, apenas llevaba agua. Solo nos queda subir una pequeña cuesta, para detrás de unos setos encontrarnos las ruinas de Larrosa. Sacamos algunas fotos de sus destartaladas casas, nos dimos una vuelta por su iglesia, nos sentamos a comer y a disfrutar del estupendo día. Contemplar estos pueblos abandonados siempre da algo de pena y hace que te des cuenta de lo duros que eran los habitantes del pirineo.

Iglesia de Larrosa
La decepcionante ermita de San Antonio
La vuelta la realizamos por el mismo camino, pero en un momento de la pista nos desviamos para ver la ermita de San Antonio, que nos resultó algo decepcionante. Cerca de esta hay un camino sombrío y agradable por el que descendimos hasta llegar de nuevo al río Aurín.

Track de la excusión.

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