domingo, 30 de julio de 2017

Pico Anie

Hay montañas que por su trascendencia histórica o simplemente por su enclave se han ganado a lo largo del tiempo un reconocimiento que hace que cualquier montañero quiera ascender hasta su cumbre, el pico Anie es una de ellas.
También conocido como Auñamendi, fue, según cuenta la tradición vasca, otra de las múltiples moradas de la diosa Mari. Situado en territorio francés es el primer pico que supera los 2500 metros desde el comienzo de los pirineos en el oeste.

Muga fronteriza 262
Primera visión del Anie
Caminando hacia nuestro objetivo
Una mirada atrás
Esta era la tercera vez que los Bisaurines intentábamos su ascenso, en las dos anteriores tuvimos que cancelarlo en el último momento por el mal tiempo.
Comenzamos a caminar justo en la muga fronteriza número 262 (tiene una interesante historia) que se encuentra en el collado de Ernaz todavía en territorio Navarro. Subiendo una corta ladera ya teníamos la primera visión del Anie. La primera parte del recorrido trascurre por terreno suave y atraviesa zona mixta de pinos y agradables praderas de pasto. Pasaremos por las faldas de Pico Arlas e iremos pasando varias veces la frontera entre las regiones de Navarra y Aquitania. Cada vez que echábamos la vista atrás teníamos una bonita visión de un mar de nubes bajas metidas en los valles franceses.

Refugio de los espeleólogos con el pico Arlas al fondo
El Anie nunca se esconde
En zona rocosa
Cada vez mas cerca
Superado el refugio de los espeleólogos el terreno comienza a cambiar radicalmente, nos metemos en zona kárstica por donde progresar resultara más costoso. Tendremos que sortear profundas simas, agarrarnos a las rocas e incluso saltar de una a otra haciendo bastante entretenido el trayecto. Cada vez teníamos más cerca la piramidal cima del Anie. Aunque en la parte final el terreno es más homogéneo hay que salvar bastante desnivel. Tranquilamente y midiendo nuestros pasos para no hacer esfuerzos innecesarios alcanzamos la cumbre. Pese al feroz aire en la cima pudimos contemplar un paisaje espectacular, aunque sobre el valle de Lescun había un mar de nubes bajas que impedían contemplarlo en su plenitud para mi gusto le daban un toque extra al entorno.

Mesa de los Tres Reyes
Ultimas rampas
Cima del Auñamendi
Hay quien pregunta porqué subimos montañas
Supongo que por ser domingo no tuvimos la cima para nosotros solos, no sabría calcular pero en todo momento estaríamos entre 30 ó 40 personas, incluso coincidimos con un octogenario que estaba celebrando con sus amigos su ascensión número 50 a esta cumbre. Para el regreso decidimos variar un poco el trayecto para pasar por el Col des Anies haciendo una ruta semicircular que resulto de lo más interesante.

Aquí también podría volar
Bajando hacia el Col de Anies
Una mirada a la cima que dejamos atrás
Todavía siguen ahí las nubes
Alguno del grupo, como nuestro ya no tan pequeño Dani, dijo que era la montaña más bonita que había ascendido. Así que los que no la hayáis subido todavía apuntadla en vuestras agendas que merece mucho la pena.

Track de la excursión

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