Superadas satisfactoriamente las excursiones de los últimos días estábamos algo cansados, pero aun asi decidimos meternos entre pecho y espalda más de tres horas de coche para darnos el capricho de visitar Zermatt y sobre todo ver el Cervino por su cara suiza. Para ello no dudamos en pegarnos un madrugón del 15, nos levantamos a las cinco de la mañana, la misma hora que para ir a trabajar y eso estando de vacaciones (hay veces que pienso que no estamos bien de la cabeza je je). La verdad que el paisaje es muy ameno y no se nos hizo nada pesado el viaje. Verdes paisaje, montañas, bosques, granjas dominan en esta zona de Suiza.
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Ya estamos en Suiza. Aqui hasta las vacas son distintas |
Zermatt es un pueblecito al que no se puede acceder con coche, pero lo tienen todo muy bien organizado para llegar a el e ir desangrado la tarjeta de crédito poco a poco. Dejamos el vehículo en el ultra moderno aparcamiento de Täsch, de pago como no. Sin salir de allí ya tienes la estación donde tomar un tren lanzadera a Zermatt que sale casi a euro el kilometro y nada mas salir de la estación, en frente te espera la del tren cremallera que asciende a Gornergrat. En vez de hacer de domingueros totales y para ahórranos algún eurillo (pocos la verdad) dejamos el tren en Rotenboden, penúltima parada. Aunque ya lo habíamos visto durante gran parte de la subida, allí teníamos un inmejorable primer plano del Cervino (Matterhorn en Suiza).
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Mar, Santi y la montaña del Toblerone |
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No es tan grande el Cervino |
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Tren Cremallera |
Solo con tener enfrente esta espectacular y peculiar montaña nos hizo pensar que todo el esfuerzo que habíamos hecho hoy para llegar aquí había merecido la pena. Hicimos unas cuantas fotos y comenzamos a caminar hacia Gornergrat. Entre el madrugón, el cansancio que acumulábamos, los cerca de 3000 metros de altitud y el calor se nos hizo muy duro subir los poco más de 200 metros de desnivel que separaban las dos estaciones. Pero cuando vimos el Monte Rosa, la multitud de cimas que lo rodean y el Gornergletscher (el segundo glaciar más grande de los Alpes) se nos olvido todo el sufrimiento.
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Gornergrat |
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Mar con el Monte Rosas (4634 m) al fondo |
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Monte Rosa, Liskamm y glaciar Gornergletscher |
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Terraza de a 10 euros el agua mineral con inmejorables vistas |
Alli delante nuestro teníamos la mayor concentración de cuatromiles de los Alpes, montañas de nombre impronunciable pero de una belleza sin par. Una vez mas me volví loco haciendo fotos, quería guardar el mayor número de imágenes del lugar. Nos movimos como pudimos entre la multitud de turistas para llegar al mirador más alto. También entramos en hotel a mayor altitud de los Alpes Suizos, pero vamos que viendo los precios de su tienda de suvenires supongo que darse el capricho de dormir confortablemente rodeado de montañas nevadas no debe estar al alcance de cualquiera.
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Cuatromiles por todas partes |
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Hotel, observatorio y Cervino |
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Mar con los picos Castor (4223 m), Pollux (4092 m) y Breithorn (4164 m) y los glaciares Zwillingsgletscher y Schwärzegletscher |
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Estacón de Gornergrat |
Después de un par de horas dando vueltas y con todo visto en Gornergrat, tomamos el tren de bajada a Zermatt donde nos dimos una vuelta por sus calles y tiendas. Estuvimos un ratillo pero decidimos regresar a una hora prudencial, aun nos quedaban 3 horas de camino a Aosta. Ya en la carretera nos pillo un tormentón impresionante, si en Suiza llueve habitualmente asi no me extraña que este todo tan verde.
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Saltando el Monte Rosa |
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Estación de Rotenboden |
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Una de las plazas de Zermatt |
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