domingo, 20 de mayo de 2018

Una guitarra y la voz de M. Ward

No recuerdo el momento exacto, pero fue con su gran trío de discos (Transfiguration of Vicent, Transistor Radio y Post-War) cuando a mediados de la década pasada descubrí a M. Ward, desde entonces le puse la estrella de “artista a seguir”. Anoche, gracias una vez más a la programación de la sala “Las Armas”, (no sabemos la suerte que tenemos en Zaragoza con esta sala de conciertos) pude asistir a la actuación del artista Norteamericano.



Lo hizo en formato "Low Cost" o lo que es lo mismo en solitario, personalmente hubiera preferido verlo acompañado de una banda, pero cuando al escenario sale alguien con tanto talento, tanta personalidad y con tantas buenas canciones con el señor Ward el formato con el que se presente es lo de menos. Enseguida se nos metió en el bolsillo, estuvo muy cercano e hizo un “show” muy ameno donde repaso los mejores temas de su discografía. Quizá este equivocado pero me dio la impresión que estaba algo tocado de la garganta algo que deduje por el extraño brebaje que bebía entre canción y canción.



Tras una hora de actuación, y como es costumbre en este tipo de eventos, se marchó para inmediatamente salir y ofrecernos unos bises. Nos adelantó que tocaría solo dos temas más pero al final nos regaló 4 para despedirse al más puro estilo Julio Iglesias dejándonos a los allí asistentes con la sensación de haber visto un tipo que está en un momento dulce de su carrera y que sin mucho esfuerzo es capaz de marcarse un concierto de una calidad que muchos solo alcanzan a soñar.

domingo, 13 de mayo de 2018

En el bosque. Zuriza-Ansó

Aunque teníamos previsto subir a Peña Ezcuarre haciendo un recorrido circular, en el último momento debido al tiempo inestable decidimos cambiar a esta interesante excursión. Lo que en un principio podía parecer un simple plan B al final resultó un recorrido espectacular a través de un precioso bosque de hayas, además la climatología cambiante (nieve, sol, viento, lluvia, granizo) le dio un atractivo extra.

Con esta estampa nos encontramos Zuriza
Puerta de entrada a un lugar mágico
Pequeña flor y restos de nieve en las hojas
Liquen en las cortezas de los arboles
Salimos desde Zuriza siguiendo el curso del Río Veral por su margen izquierda. Desde el principio nos adentramos en este precioso hayedo que ahora se encuentra despertando de su letargo invernal. Cuando caminas por este tipo de bosques hay que fijarse en los pequeños detalles ya que hay un hermoso micromundo que merece la pena apreciar con detenimiento. Aun así, en algún claro pudimos admirar las paredes de la Loma Chiton en la margen derecha y las del Alano Espelunga que se levantaban majestuosas sobre nuestras cabezas.

Restos del otoño pasado
Esos pequeños detalles en los que hay que fijarse
Grandes paisajes que oculta el bosque
Una de las muchas hayas centenarias que nos encontramos
En el recorrido hicimos algún kilómetro de más ya que nos confundimos y en lugar de bajar directos a la Borda Chiquin nos adentramos en el barranco del Maidogui, pero no nos importó mucho ya que estábamos disfrutando tanto que nos daba igual alargar el camino. Al final bajamos a la Borda Chiquin y tuvimos que caminar un tramo por la carretera hasta encontrar el desvío que nos adentraba otra vez en el bosque.

Brotes primaverales
El techo de este paraíso
Barranco del Maidogui
Vida tras la muerte
Después de unos kilómetros de sube y baja pasamos a la otra orilla del río donde nos esperaba otro precioso tramo de bosque. Tras caminar unos kilómetros mas pusimos término a la excursión en la Borda Nadal.

Primeras setas de primavera (esta no es comestible)
Gota resbalando por la hoja
Puente sobre el río Veral

Hacia tiempo que no disfrutaba tanto de una excursión, puedo asegurar que tanto mis compañeros como yo volvimos encantados.

Track de la excursión