Cada vez que salimos a la montaña mas nos gusta y más lugares queremos conocer por eso, y aunque nos queda mucho Pirineo que “patear”, este año pensamos en dar un gran paso y lanzarnos a conocer uno de los lugares más emblemáticos del montañismo, los Alpes. Elegimos el italiano valle de Aosta y su capital como base de operaciones para nuestra toma de contacto con la cordillera Alpina. El primer día nos levantamos temprano, ansiosos como unos niños la mañana de Reyes, salimos en dirección Monte Bianco. Al llegar a Courmayeur y aunque estaba parcialmente cubierto por las nubes ya alucinamos con la visión de las interminables paredes pétrea del macizo del Mont Blanc. Seguimos por la carretera, algo mas adelante nos desviamos a la derecha para adentrarnos en el valle de Ferret. Tras pasar por varias zonas de acampada llagamos a Arnouva el principio de nuestra primera excursión en los Alpes. Para ello habíamos pensado en hacer una parte de una etapa del Tour del Mont Blanc (TMB)
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Val de Ferret |
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Primeras rampas |
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Auiguille de Triolet |
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Señal del Tour del Mont Blanc |
Con el cuello algo dolorido como turista recién llegado a New York empezamos a subir por la senda que quedaba a mano derecha. El principio fue realmente duro, había mucha pendiente y los gemelos quemaban. Aprovechábamos los momentos fotográficos para descansar. Tenia confianza en que a lo largo de la mañana las nubes que parecían incrustadas en las cimas de las montañas se fueran disipando pero aun asi el paisaje era alucinante. A nuestra izquierda quedaba el precioso glaciar de Triolet y una multitud de montañas que superaban con creces la altura del Aneto. Con más esfuerzo del esperado alcanzamos el Refugio de Elena a 2060 metros. Desde su terraza podíamos apreciar en primer plano el glaciar de Pre de Bar y a lo lejos el Mont Dolent y el Auiguille de Triolet ambos con alturas superiores a los 3800 metros.
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Glaciar de Triolet |
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Refugio Elena |
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Glaciar de Pre de Bar y a lo lejos a la derecha el Mont Dolent |
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Vista del Glaciar con el refugio a sus pies |
Continuamos por el camino que sale detrás del refugio y la cosa no tenia pinta de suavizarse. Sobre el papel esta excursión me parecía algo más asequible. Lo que mas me sorprendió en este tramo fue ver a gente haciendo el TMB en bicicleta de montaña, subir y bajar por esos caminos a pie es realmente duro pero en bici debe ser brutal, a mas de uno vimos echar el pie al suelo. Así al cabo de algo mas de una hora desde el refugio llegamos al Col du Grand Ferret. Coincidimos es este punto con multitud de gente que estaba haciendo la travesía y también vimos como los mas privilegiados llevaban su equipaje en burros. Habíamos pasado a Suiza y ante nuestros ojos teníamos otro inmenso valle. A lo lejos vimos el Grand Combin además de otra multitud de cimas a las que éramos incapaces de ponerles nombres.
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Valientes que hacen el TMB en bicicleta |
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Col de Gran Ferret |
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El Grand Combin a lo lejos |
Mientras estábamos terminando el almuerzo y disfrutando la preciosa panorámica avistamos como en la loma de nuestra izquierda había gente. Nos lo pensamos un poco pero como íbamos bien de tiempo y, por ser el primer día, sobrados de fuerzas decidimos subir. Fueron “apenas” 180 metros más de desnivel pero mereció la pena. En el mapa pude comprobar que habíamos subido a la Tete de Ferret de 2714 metros. Más que satisfechos de nuestra primera toma de contacto con los Alpes emprendimos el camino de regreso. De bajadas paramos de nuevo en el Refugio de Elena y esta vez, al entrar, quizá nos decepciono un poco ya que parecía un restaurante, estaba lleno de familias comiendo. Siempre había pensado que los refugios Alpinos estarían llenos de montañeros en busca de las cumbres más difíciles, pero parece que con el tiempo todo va perdiendo su encanto.
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Mar en una muga fronteriza |
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En lo alto de Tete Ferret |
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Mont Dolent con sus mas de 3800 metros |
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Me siento cerca del cielo |
Regresamos hasta el coche y a la vuelta nos hubiera gustado parar en aquellas estupendas campas verdes que veíamos por la ventanilla pero estaba todo atestado de coches y de gente, nos dimos cuenta que el 15 de agosto también es festivo en Italia y nos resulto imposible aparcar. De vuelta a Aosta decidimos hacer una parada en La Salle, uno de esos típicos pueblecitos Alpinos. Había estado bastante bien nuestra primera toma de contacto con los Alpes.
Track de la ruta
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