Llegó el invierno y con él los dos peores días del año (24 y 25 de diciembre) pero también llegó el tiempo de volvernos a calzar las raquetas de nieve. Nada mejor que aprovechar la terrible mañana de Nochebuena para volver al Pirineo y ver de cerca una de las imponentes caras del Midi d’Ossau. Ya había hecho esta ruta hace unos años, en aquella ocasión en solitario, mientras los chicos se tiraban con los trineos en el Portalet. Habitualmente no me gusta repetir o busco alguna alternativa en el camino, pero esta vez a Mar le apetecía mucho hacer esta excursión y como no me puedo resistir y cualquier día en la montaña es mucho mejor con ella esta vez accedí a repetir.
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