Aprovechando la libertad que te da el periodo vacacional este año decidimos explorar un poco el Pirineo Francés tan cercano pero a la vez de tan complicado acceso. Nuestra intención era hacer pequeñas excursiones que nos permitieran conocer un poco la zona.
Los primeros días tomamos como base Bagnères de Luchon un encantador pueblo con sabor tradicional que tiene, entre sus muchos atractivos, un balneario de aguas sulfuroso termales. Como primer destino para hacer algo de piernas nos decantamos por el Lago Oô.
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Empezamos a caminar por el Pirineo Francés |
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El camino se adentra en el bosque |
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Para los despistados |
Para ello nos acercamos a Les Granges d’Astau que se encuentra a muy pocos kilómetros del pueblo de Oô. Dejamos el coche en un terraplén acondicionado a modo de aparcamiento y comenzamos a caminar por la pista. Estaba todo muy húmedo debido a la tormenta de ayer, de cualquier ladera o barranquete salía un torrente de agua. Enseguida nos adentramos en un frondoso bosque lo que hizo más amena la ya de por si agradable subida. En aproximadamente una hora llegamos a un puente que salía a la derecha del camino, no lo cruzamos, seguimos rectos hasta la presa que teníamos delante y cuando llegamos a su altura allí pudimos ver el precioso la Oô con su característica cascada.
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No cruzamos el puente de momento |
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Mar en el Lago Oô |
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Presa y Refugio del lago |
Hasta aquí había sido una excursión de las que puede hacer toda la familia, nosotros continuamos ascendiendo por la izquierda del lago. El camino seguía siendo precioso mientras discurría por el bosque pero poco a poco los grandes árboles dejaron paso a vegetación mas baja. Pasamos un par de barrancos repletos de agua. Se me habia olvidado mencionar que la gran parte de esta excursion pertenece a la GR-10 francesa asi que está bien marcado. El desnivel que habíamos superado ya era considerable, teníamos puesta la vista en el collado pero cada vez que creíamos que habíamos llegado solo se trataba de un escalón más.
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Seguimos caminando por el bosque |
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Curiosa flor |
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Uno de los barrancos que nos encontramos en el camino |
Al final alcanzamos el circo de Espingo, lo primero que pudimos ver fueron los enormes picos que lo forman, a la izquierda destaca el Grand Quayrat con sus 3060 metros y a la derecha el Pic des Spijeoles de 3065 metros los dos muy bien secundado por una buena cantidad de cumbres que rozan los 3000 metros. Luego nos fijamos en el pequeño Lago de Espingo y en el refugio que hay sobre el.
Almorzamos en el refugio, es un sitio precioso en el que nos hubiera gustado quedarnos un buen rato pero pronto emprendimos el camino de regreso, las nubes tenían muy mala pinta y no queríamos que nos pillase la lluvia.
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El bonito circo de Espingo |
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Panorámica del Lago de Espingo y del refugio |
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Con lo bien que se estaba aqui |
Bajamos a buen ritmo mientras de vez en cuando echábamos una mirada al cielo que cada vez estaba mas gris. Paramos de nuevo en el Lago Oô, decidimos quedarnos en el bar-refugio para resguardarnos si llovía pero el tiempo nos dio una tregua asi que aprovechamos para terminar de comer envueltos en acogedor entorno que proporciona el lago, la cascada y las montañas que lo rodean. Tampoco pudimos estar mucho rato ya que de repente la cosa se volvió a poner fea.
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Mejor que en la playa |
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Esta cascada hace peculiar al lago Oô |
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Ultima mirada antes de la vuelta |
Esta vez decidimos arriesgar y comenzamos de nuevo la marcha, pero lo que llevaba tiempo amenazando al final descargo en forma de fuerte tormenta. Nos pusimos las capas y bajamos en medio de una cortina de agua. Una vez mas volvimos a ver a multitud de excursionistas sin apenas equipación y alguno de ellos incluso calzaba chancletas. Cuando llegamos al coche remitió la lluvia pero ya estábamos empapados. El balance general del día, pese a la tormenta, había sido muy satisfactorio.
Track de la ruta
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